Órganos en un Chip Órganos en un chip | Page 6

Puede llegar a ser relativamente fácil pensar en una nueva molécula para tratar una cierta enfermedad. Lo difícil es probarla in vivo, lo que está retardando la llegada al mercado de nuevos tratamientos prometedores. El centro Tufts para el Estudio del Desarrollo de medicamentos estima que el coste promedio de lanzar una nueva molécula al mercado actualmente se sitúa en 2.039 millones de euros. Este coste se ha incrementado en los últimos diez años debido al aumento de los gastos de desarrollo y la alta tasa de fracaso al pasar de la investigación a la fase clínica. Los instrumentos que disponemos en la actualidad para probar si un medicamento va a funcionar, va a ser eficaz y seguro antes de probarlo con humanos, están fallando, no predicen lo que va a suceder a los futuros pacientes. Por una parte están los estudios con animales. Los animales son muy útiles para predecir como funcionara un medicamento en un organismo complejo pero en muchos casos no pueden extrapolar con exactitud las respuestas en humanos debido a que no pueden imitar exactamente la fisiología humana y por lo tanto no responden igual ante un mismo estímulo. La otra opción son los cultivos celulares. Estos son bidimensionales, planos y no se comportan como lo hace un órgano dentro del organismo en consecuencia las células no se sienten cómodas en este nuevo ambiente. Los órganos en un chip, por tanto, aportan resultado más rápidos, rentables y precisos a la hora de determinar la eficacia o la toxicidad de un fármaco. Los órganos en chips pueden cambiar la manera de hacer ensayos clínicos en el futuro. En la actualidad, se utilizan participantes promedios y no pueden participar niños ni embarazadas. Si se pudiera crear poblaciones en un chip se podría predecir con exactitud la reacción que provoca un