ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 7 | Page 28
El cancerbero del jerez
M
i tatatatatatatatatatatatarabuelo vino en barco y veintidós generaciones después yo lo cuento
tal cual me lo explicó mi padre
una tarde que todos andaban celebrando el
día de San Dionisio. Procedía de una granja rodeada de verde fosforito donde siempre llovía y hablaban inglés, idioma que con
el tiempo hemos olvidado en esta familia.
Aquel navío primigenio en el que zarpó olía
a madera, salazón y vino. Mi ancestro tuvo un viaje muy estresado, se pasó los días
persiguiendo a los polizones que se escondían entre las cajas y las botas. Algunos de
esos granujas venían de Gran Bretaña, pero
otros procedían de Cádiz, hacían trayectos de ida y vuelta poniendo en riesgo a la
tripulación y a la mercancía. Estas bestias
fueron el motivo por el que le alistaron y
la razón de ser de esta pequeña empresa familiar que aquí sigue firme y exitosa,
¿¡quién puede presumir de tal logro cuatro
siglos después!?
Cuando pisó “la tacita de plata” se sintió forastero. Su pelo y su tamaño desentonaban
entre los de su especie, mas pronto se adaptó al nuevo y árido paisaje. Lo del calor fue
más complicado, menos mal que él debía
estar siempre de guardia entre los muros de
la bodega. Él y yo no nos pareceríamos en
nada, es más, si apareciera por aquí no sé si
nos reconoceríamos; ahora somos mucho
más guapos, atléticos y con mejor temple,
aunque sí compartiríamos la obsesión por el
trabajo inmaculado.
Lo complicado de explicar es cómo sin compartir muchas similitudes físicas, ambos
seamos considerados de pura raza. Durante
más de dos siglos el linaje primero (terriers,
si me pongo académico) fue emparentado
con otros de vocación similar respecto la higiene de intramuros, algunos era autóctonos
y otros británicos. Digamos que la alcurnia
se perfeccionó (solo hay que verme). No fue
hasta hace diecisiete años que nuestra casta obtuvo su reconocimiento. Fue algo que
vivieron mis abuelos y, aunque por aquel entonces mi padre era solo un cachorro, siempre recordaba emocionado la celebración
y el orgullo de mi clan, de los jerezanos, del
resto de andaluces y de las asociaciones cinófilas, sobre todo el Club Nacional del Perro
Ratonero Bodeguero Andaluz, que es grupo