ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 4 | Seite 39

41 Mi hermana se había quedado un local, lo que es ahora La Salita y quería montar un local de tapas, pero en el último momento se echó atrás. Aquí de nuevo aparece el destino. Nos lo quedamos y montamos el restaurante. Lo que iba a ser para una temporada se ha convertido en nueve años. Sí, cierto. Invertimos los ahorros para empezar y puedo decir que los primeros meses fueron muy duros. No salíamos de casa, solo para ir a La Salita a trabajar. Lo que hacíamos era para pagar a proveedores y a los trabajadores, pero no importaba, estábamos con nuestro proyecto. Yo tengo una filosofía de trabajar muy nórdica, muy estructurada.A mi me gusta así. Pero luego pasé por Londres donde la comida es muy buena, pero se huye del encorsetamiento. Así que La Salita era un local con sofás y wifi -entonces no estaba generalizado como ahora- y esto la gente no lo enten- dió. Al poco pusimos mesas, pero las paredes seguían decoradas con grafitis. Luego ya pasamos a una decoración en plata y negro, algo más rococó. Y hoy puedo decir que La Salita está como me gusta, juega con la madera, tonos claros y mediterráneos. Es más salita, un sitio muy acogedor. La cocina ha evolucionado igual que el local. ¡Mucho! La cocina de ahora no tiene nada que ver. Entonces tenía las influencias de mis viajes y de los tres meses que estuve en Tailandia, por lo que ya preparaba noodles con salsa satey o atún rebozado con salsa de soja. Sí, la cocina fusión que ahora está tan de moda. También pasé por la cocina afrancesada de los huevos benedict. Sin duda no tiene nada que ver con el presente. Empecé a darme cuenta que tenía en mi mente una biblioteca hecha a lo largo de