Zaguán Literario Zaguán Literario 05 | Page 17

su libertad y la partida permanente del último integrante de la dictadura Somocista. Todos nos abrazamos, felices de estar sanos y salvos, pero con el dolor de corazón por aquellos guerrilleros y personas inocentes que murieron. Me acuerdo que salí hacia el parque Darío, sola. Ahí encontré al árbol de mamones intacto entre todo el caos que lo rodeaba. Me quedé con la mirada fija en él. La gente que festejaba a mi alrededor se comenzó a mover en cámara lenta, sus voces sonaban como ecos en la lejanía. Otra vez comencé a llorar sin producir sonido alguno y estuve a punto de caer de rodillas. Estaba feliz. La guerra se había acabado. 17