Zaguán Literario Zaguán Literario 05 | Page 14

porque afuera era muy peligroso. —¿Qué decís vos? ¡Si de los dos bandos son amigos míos! —fue lo último que dijo antes de salir y que un francotirador le disparara en la cabeza. Tuvieron que enterrarlo a medias en el patio de una casa, pues era imposible ir al cementerio. *** En una ocasión, mi hermano David partió hacia el cerro junto con un grupo de guerrilleros sandinistas. Él quería ayudar en lo que se pudiera. Mi madre le imploraba que no fuera, pero era terco, decía que no pasaba nada, que ya llevaba una pistola para estar bien protegido. —¡Ahí viene la avioneta! —avisó mi hermana María. No era necesario que lo gritara, ya todos sabíamos muy bien como sonaba un push and pull cuando se aproximaba. Corrimos rápidamente a uno de los cuartos del fondo donde siempre nos refugiábamos. Tuvimos que llevar a mi padre casi arrastrando, pues tan preocupado estaba por David que comenzó a sentirse mal. Una vez ahí, colocamos un colchón sobre la puerta. 14