Por otro lado, es común encontrarse con personas que no conocen el con-
cepto de espacio personal. Yo lo he experimentado en el trasporte público, en
supermercados y en calles transitadas; dentro de una ciudad es imposible no
encontrarse en situaciones así. Respetar el espacio del prójimo es algo que se
enseña, pero no a todos, lamentablemente; y es igualmente un arma de doble
filo. Puede darse espacio personal cuando se demuestra respeto hacia el otro o
irrumpirse con quien se es cercano, pero también es posible pasarle por enci-
ma cuando se pretende agredir físicamente. Sobrepasar el espacio vital de una
persona es buscar cercanía, proximidad, casi intimidad, pero es bien sabido que
dichos conceptos no son siempre agradables.
En los transportes, calles, espacios cerrados, espacios públicos de México, se
rompe el espacio vital cuando se asalta, pelea o viola. Las consecuencias acerca
de la falta de educación sobre el espacio que se debe guardar en relación a otro
individuo son algo que no solo se sufre en las filas del supermercado, sino tam-
bién antes de un asesinato a mano armada o un intento de abuso sexual. Por lo
cual, es justo recalcar la importancia del espacio personal, tal vez