YoesOtro 7 | Page 23

23

Colaboración

Cuento

Karen Rodríguez

Ella esperaba día con día al amor de su vida, un amor que parecía no llegar, ella se casó joven, sin embargo en su esposo no encontró el amor que ella buscaba y sobre todo el amor que ella necesitaba. Se casó porque en su tiempo la sociedad eso esperaba de una buena mujer, se casó porque pensaba que en el matrimonio encontraría la felicidad que durante su niñez le fue negada, se casó simplemente porque ya tenía la edad.

Por ponerle un nombre diremos que nuestro personaje se llamaba María…

María era una mujer común y corriente, sin ningún atributo extra en especial, quizá lo único mencionable era su bondad, no podemos decir que era la mujer más bonita, no era la más alta, no era la persona más carismática, como ya lo dije era una mujer simple y ordinaria.

María soporto durante muchos años su matrimonio, un matrimonio que día con día solamente la hacía inmensamente infeliz, no protestaba porque a ella le enseñaron que era incorrecto hacerlo, solo guardaba en lo más profundo de su corazón toda la tristeza. María solo tuvo un hijo al que sin embargo perdió por enfermedad siendo este un bebe, fue tanto su dolor que nunca más quiso volver a embarazarse pese a los reclamos de su marido.

Al fallecer su marido intento llorar pero no pudo, solo logro aborrecerlo por todos los años de su vida en donde el arranco trocitos de su corazón y de su alma sin devolver nada a cambio, es en este momento en que ella deseo con todas las fuerzas de su alma encontrar un amor que uniera todas esas partes.

Por ser mujer de ideas retrogradas diario prendía una veladora pidiendo a todos sus santos le llevaran a alguien hasta las puertas de su hogar que la amara con locura y pasión, lógicamente en la vida real existen más posibilidades de ganar un premio en un rifa a que llegue el amor a domicilio. Aunque debo de reconocer en algo ella no estaba tan errada el amor rondaba más cerca de lo que ella misma pensaba.

María diariamente prendía un radio viejo sintonizaba la misma difusora y escuchaba largas horas la música que momentáneamente parecía sanar su alma, nunca se imaginó que su vecino un señor también grande de edad por su terrible soledad añoraba llegara la hora del día en que escuchaban esas canciones provenientes de la casa continua. Para el vecino de María esas canciones lo hacían remontar a otros tiempos donde él fue más joven, donde él creía había sido más feliz, soñaba despierto y eso lo hacía lograr llevar su día a día.

El tiempo que se hubieran ahorrado si alguno de los dos se hubiera atrevido a salir de la casa, si hubieran querido dejar esa burbuja y esos miedos, si hubieran podido soltar ese pasado que arrastraban si se hubieran animado a únicamente buscar lograr sus sueños.

Pero la vida no es tan generosa, nunca pone las cosas tan fáciles, uno pasa incluso años buscando oportunidades. A veces parece que existieran fuerzas que lo único que pretenden es burlarse de nosotros.

Un buen día María sale a barrer su calle, su vecino sale para visitar al doctor, así de simple se ven a los ojos, ambos sonríen por las ironías de la vida y se dan cuenta que a partir de ese momento lo poco que les queda de vida nunca más estarán solos.

El Corazón de María