Y&M , 17 de 2014 | Page 8

E L A R Q U I T E C T O D E L A G E N T E N O R M A L Contrario a lo que pudiera parecer, la fama que Michel había obtenido luego de casi 12 años tocando la batería con Aleks Syntek empezó a hacer mella sobre sus nuevos propósitos. Más de una vez se topó con posibles clientes que, al reconocerlo, ponían en duda su capacidad como arquitecto. No podían creer que alguien pudiera hacer más de una cosa en forma profesional y tan bien. Hoy, que su talento está más que demostrado y aquellos prejuicios han quedado atrás, Michel descansa en su sentido del humor mientras recuerda algunas anécdotas de lo que en algún momento le ocurrió. De baterista a arquitecto Ser hiperactivo, intenso y requerir sólo cuatro horas de sueño al día deben de haber sido piezas clave para que Michel pudiera recorrer al mismo tiempo dos caminos paralelos, ya que tuvo la energía y el tiempo necesarios para no tener que renunciar a la música con tal de ser arquitecto, ni a su carrera para ser un baterista de fama internacional. —La arquitectura y la música fueron compatibles hasta el momento en que ya no me gustaba tanto hacia dónde íbamos musicalmente —dice—. Con Lugar secreto, que era un disco ya más pop, Aleks se empezó a perfilar hacia lo que a él más le interesaba hacer. Yo en realidad no quería eso. —¡Tú eres el baterista de Aleks Syntek! —le decían algunos de los potenciales clientes de su nueva firma—. Puta, ¡mi edificio se va a caer! Además, para entonces León Chiprut ya había dejado al grupo y lo que antes había sido un trío se había convertido en dueto. —Era muy raro porque éramos Aleks Syntek y la Gente Normal ¡pero el único que estaba del lado de la gente normal era yo! Ya lo natural es que este cabrón se hiciera solista, ¿no? Y ya… la transición fue muy fácil. Michel hizo a un lado tambores y platillos para sentarse frente a un restirador. O como él mismo lo cuenta: —Dejé las viejas guapas que me encontraba en todos lados, las buenas fiestas, por ir a la obra a estar con albañiles —y remata riendo para enfatizar que bromea—: ¡No sé en qué momento tomé esa decisión! 7