Durante varios años, Michel vivió una
especie de doble vida, oscilando,
como él dice, entre lo real y lo irreal.
Entre lo real y lo irreal
Michel estaba estudiando el primer
semestre de Arquitectura en la
Universidad Iberoamericana de la
Ciudad de México cuando a la banda
le llegó la oportunidad de hacer su
primer disco. Era 1989 cuando EMI
Capitol les ofreció un contrato para
grabar ¡Hey tú!, el álbum del que se
desprendieron los sencillos "Unos quieren
subir" y "Una pequeña parte de ti", que
poco a poco empezaron a sonar y
fueron abriendo camino al éxito que
estaba por llegar. En 1993 salió a la luz
"Más fuerte de lo que pensaba", la
segunda producción de este trío y el
que sería su mayor éxito comercial, con
más de 250,000 copias vendidas sólo en
ese año. Vino luego "Bienvenido a la
vida", en 1995; y por último, "Lugar
secreto", que en 1997 fue su último
álbum juntos.
—Me iba de gira con el grupo y haz de
cuenta que estaba tocando en
Argentina, donde nos iba poca madre,
y al día siguiente estaba de vuelta en un
salón de clases. Eran situaciones tan
contrastantes que yo de pronto me
preguntaba: 'Bueno pero… ¿cuál de las
dos es la realidad?'. Entonces el maestro
me preguntaba algo que no sabía y…
'ah, ok —pensaba—: ¡esto es lo real!'.
Estudiante de arquitectura de día y de
noche un auténtico rockstar, Michel
tuvo que partirse en dos para cumplir
con los compromisos. Al final, con un
total de cuatro discos grabados y varias
giras por México, Centro y Sudamérica;
además de una carrera que lo coloca
entre los arquitectos más prometedores
del país, está claro que salió bien
librado.
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