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Michel aprendió rápido y aprendió bien.
Pronto, aunque tenía escasos 14 años,
empezó a tocar en distintos bares de
Satélite, como el High Tower, el Satélite
Rock y el Spequio. Poco a poco se empezó
a relacionar con otros músicos del circuito,
como es el caso de Alejandro Fernández,
homónimo de El Potrillo y en ese entonces
baterista de Alejandra Guzmán, quien lo
puso en contacto con Aleks Syntek. Era el
final de los años ochenta.
¿Cómo nace la gente normal?
Para empezar a entender a Michel Rojkind
hay que saber cuántas horas duerme al
día y por qué.
—Me daba ansiedad que mis hermanos
despertaran antes que yo —dice Michel
sobre el recuerdo de su niñez—. Despertar
y que ya estuvieran ellos afuera jugando…
Pensaba: 'Puta, ya me perdí quién sabe
cuántas horas de la vida'. Y se me quedó
como una fijación, así que hasta la fecha
duermo nada más cuatro horas diarias.
—Yo sabía de él porque en esa época ya
lo ponían en la radio pero pensaba que
era un güey argentino o de otro lugar… no
sabía de dónde. El caso es que, cuando
me lo presentó, pues poca madre —dije—,
qué buena onda este cabrón. Y Aleks
Syntek debe haber pensado algo
parecido porque no pasó mucho tiempo
para que le propusiera armar una banda
juntos.
Intenso e hiperactivo desde niño, Michel
quedó fascinado desde la primera vez
que vio a alguien tocar una batería.
Aunque apenas tenía 13 años y no era muy
consciente de ello, intuyó que uno de esos
instrumentos en casa sería ideal para
canalizar su energía, así que decidió
hablar con su madre.
Michel no sólo dijo que sí, propuso además
incorporar a León Chiprut, un amigo a
quien conocía desde hacía mucho
tiempo atrás y tocaba bien la guitarra.
Nació entonces Aleks Syntek y la Gente
Normal.
—Y mi mamá dijo: "¡Perfecto! ¡Voy a subir a
este güey a una batería y se va a cansar!".
Lo malo es que resultó al revés: me subía a
tocar y me bajaba como el Demonio de
Tasmania.
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