Y&M , 17 de 2014 | Page 6

E L A R Q U I T E C T O D E L A Michel aprendió rápido y aprendió bien. Pronto, aunque tenía escasos 14 años, empezó a tocar en distintos bares de Satélite, como el High Tower, el Satélite Rock y el Spequio. Poco a poco se empezó a relacionar con otros músicos del circuito, como es el caso de Alejandro Fernández, homónimo de El Potrillo y en ese entonces baterista de Alejandra Guzmán, quien lo puso en contacto con Aleks Syntek. Era el final de los años ochenta. ¿Cómo nace la gente normal? Para empezar a entender a Michel Rojkind hay que saber cuántas horas duerme al día y por qué. —Me daba ansiedad que mis hermanos despertaran antes que yo —dice Michel sobre el recuerdo de su niñez—. Despertar y que ya estuvieran ellos afuera jugando… Pensaba: 'Puta, ya me perdí quién sabe cuántas horas de la vida'. Y se me quedó como una fijación, así que hasta la fecha duermo nada más cuatro horas diarias. —Yo sabía de él porque en esa época ya lo ponían en la radio pero pensaba que era un güey argentino o de otro lugar… no sabía de dónde. El caso es que, cuando me lo presentó, pues poca madre —dije—, qué buena onda este cabrón. Y Aleks Syntek debe haber pensado algo parecido porque no pasó mucho tiempo para que le propusiera armar una banda juntos. Intenso e hiperactivo desde niño, Michel quedó fascinado desde la primera vez que vio a alguien tocar una batería. Aunque apenas tenía 13 años y no era muy consciente de ello, intuyó que uno de esos instrumentos en casa sería ideal para canalizar su energía, así que decidió hablar con su madre. Michel no sólo dijo que sí, propuso además incorporar a León Chiprut, un amigo a quien conocía desde hacía mucho tiempo atrás y tocaba bien la guitarra. Nació entonces Aleks Syntek y la Gente Normal. —Y mi mamá dijo: "¡Perfecto! ¡Voy a subir a este güey a una batería y se va a cansar!". Lo malo es que resultó al revés: me subía a tocar y me bajaba como el Demonio de Tasmania. G E N T E N O R M A L 5