Empezar a sonar en la radio, volverte
famoso, hacer giras en México, en
Centro y Sudamérica; en Estados
Unidos. Vender cientos de miles de
copias, ganar discos de oro, tocar
en el Limelight de Nueva York, en el
House of Blues de Los Ángeles,
auditorios cada vez más
importantes y más grandes. 10,000
personas, 20,000, ¡35,000!
—Hasta ese momento sólo habíamos
tocado en bares, auditorio, pero
llegamos a Colombia y de pronto
estábamos en un estadio con 35,000
personas. Todo mundo brincaba y yo
decía: ¡No mames…! ¡¿De dónde
nos conocen?! —dice Rojkind,
entusiasmado.
Michel Rojkind se llena de emoción
al recordar su vida hace más de 15
años, cuando era "gente normal" y la
arquitectura estaba todavía
replegada en el salón de clases.
Estamos en el piso 12 de un edificio
ubicado en el corazón de la
Condesa, desde donde la Ciudad
de México se muestra esplendorosa.
Aquí, en Rojkind Arquitectos, se han
estado tomando las decisiones más
importantes sobre el renacimiento
de la Cineteca Nacional, uno de los
recintos culturales más importantes
del país desde su fundación, en 1974.
Éste ha sido, desde hace siete meses,
el centro de operaciones donde
Gerardo Salinas y Michel Rojkind
dirigen a un equipo conformado por
aproximadamente 140 personas,
entre arquitectos, diseñadores
gráficos e industriales, consultores de
cine y de isóptica, para desarrollar el
proyecto llamado Cineteca
Nacional del Siglo XXI. Pero, ¿qué
tuvo que pasar en la vida de Michel
Rojkind para que llegara este
momento?
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