Pero no pasó mucho tiempo para que las
cosas se acomodaran a su favor. En 1999,
el ex baterista se asoció con Isaac Broid,
uno de los responsables del rompimiento
de la arquitectura moderna junto con
Enrique Norten y Alberto Kalach; y con el
catalán Miquel Adriá, editor fundador de
la revista Arquine, quien había venido a
México para trabajar con Ricardo
Legorreta. Juntos formaron
Adriá+Broid+Rojkind Arquitectos. Siendo
el más joven y con menos trayectoria de
los tres, Michel describe la relación con
sus colegas como una experiencia de
gran aprendizaje. De hecho, fue gracias
a un proyecto de esa época,
desarrollaron entre los tres, que empezó
a destacar: la casa F2, ubicada en
Atizapán, estado de México, que ganó el
Premio Cemex de Arquitectura en 2002 y
fue considerada una de las ocho mejores
casas del mundo construidas en 2001 por
la revista Architectural Record.
Con todo y todo, a la vuelta de tres años
siendo parte de este nuevo trío, Michel
sintió la necesidad de empezar a
experimentar por cuenta propia.
—Me di cuenta de que cada vez que
llegaba un proyecto nuevo ellos ya
tenían una forma de hacerlo, un
método… y yo lo que quería era agarrar
una hoja en blanco y decir: 'me vale
madre si empiezo de izquierda a
derecha, de arriba abajo, con círculos o
con cuadrados' —dice Michel.
Michel abrió Rojkind Arquitectos y siguió
andando el camino sin más compañía
que la de su propia imaginación. Hasta
que volvió a encontrar una alma
gemela, Gerardo Salinas.
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