Voz Montevives Nº 11 | Page 45

y en cuanto los vi despistados arrimé la mano a la caja registradora del vendedor , que se encontraba lejos de ella , y agarré todo lo que pude . Nadie se percató aparentemente , me llevé la mano al bolsillo para meter los billetes y encontré una tarjeta en la que había un número y una dirección escritos .
Mi curiosidad era extremadamente grande , no me contuve y me dirigí a la dirección apuntada en la tarjeta . Llegué y había una edificación un tanto apartado de las de alrededor , me adentré por la puerta doble que poseía y había tres hombres . Todos estaban mirándome esperando mi llegada : uno era el del mercado y los otros dos no me sonaban , sólo el hombre mayor , un señor con bigote canoso , al igual que su pelo , estaba realizado al más puro estilo italiano . -Hola , Karim- me dijo el tercer individuo , que no lograba reconocer . -Bu-Bu-Buenas , ¿ cómo sabéis mi nombre ? les pregunté , aunque debo reconocer que estaba bastante asustado . - ¿ Acaso no me recuerdas chico ? Yo era amigo de tu padre y dirigía el antiguo cabaret- me contestó el mayor de todos . Era cierto , ese hombre vino más de una vez a casa a tomar unas copas , todos los recuerdos se me vinieron a la mente de golpe . -Es cierto , ya te recuerdo y él es tu hijo , ¿ pero ese tipo trajeado ? -Digamos que es un amigo- dijo con tono cortado . - ¿ Para qué me queréis ?
-Me enseñaron el móvil del hombre del traje y sombrero , ahora se le destacaba una gran nariz , pero nada más . -Este eres tú y afortunadamente nos faltan porteros de noche y eres el candidato adecuado- me contó mientras veía el vídeo de aquel tipo que me había grabado robando ese fajo de billetes . -Sí , no hay problema , mañana mismo vendría a empezar- contesté asustado , sólo de pensar que podría ir a la cárcel . -Bien , así me gusta , creo que nos hemos presentado , mi nombre es Fabio y el de mi hijo Lisandro . Me marché por la puerta sin decir una palabra más , renuncié a mi antiguo trabajo , no podría llevar los dos a la vez , pero sí tendría que fingir estarlo . Iba a ser difícil , pero todo sería por mi hija y mi mujer .
CAPÍTULO II . Una nueva etapa . Todo aquel tiempo disimulé a la perfección aquello de que tenía otro trabajo a mi hija y mi mujer .
Ya llevaba un mes trabajando para esos hombres , que me dejaron las cosas claras desde el primer momento . Mi compañero era Francis , de Francisco , nos llevábamos estupendamente , teníamos confianza y a menudo bromeábamos sobre nuestras cosas . El problema llegó cuando mpodía decir , claro podía ser perfectamente lo que cobraban el campo con horas extra .