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Con la reunión del Congreso de Instrucción, se impulsó la uniformidad y la consolidación de la educación, pero además se pretendió crear un sistema nacional de educación popular para todo el país.

El 1º Congreso de Instrucción fue el foro adecuado para reordenar los nuevos planteamientos educativos de fines del siglo XIX

Para el rubro educativo, no existían leyes homogéneas, ni un orden común para la instrucción, ya que en los estados de la República, las disposiciones tomadas respecto a la instrucción dependían en la mayoría de los casos de los Ayuntamientos y sus consejeros, ello ocasionó que cada vez que se renovaba ésta institución, se modificaran también los acuerdos para la instrucción, dificultando la continuidad y la organización de la educación. Para terminar con esta anarquía se exhortó a los estados, al gobierno del Distrito Federal y Territorios a uniformar su legislación y sus reglamentos escolares. A nombre del ejecutivo federal, el ministro Joaquín Baranda, convocó al Congreso de Instrucción, invitando a los gobernadores a que nombraran a un representante para que asistiera a la asamblea que se llevó a cabo en la capital de la República, del 1o de diciembre de 1889 al 31 de marzo de 1890.

En el Congreso de Instrucción se acometió discutir y resolver las cuestiones educativas necesarias para el mejor desarrollo del país con el objetivo central de hacer de la instrucción el factor originario de unidad nacional así como base de toda prosperidad y de todo engrandecimiento. Para conseguir esto había que lograr la meta propuesta por el Congreso; la uniformidad de la enseñanza elemental en el país, bajo tres premisas fundamentales: gratuidad, obligatoriedad y laicidad.

Para lograr la uniformidad de la instrucción e inculcar los nuevos valores al ciudadano mexicano, no bastó con la organización y la reforma de planes y programas comunes; se hacía necesaria la formación de los maestros, ya que eran ellos los encargados de aplicar los nuevos conocimientos y de transmitir el ideal del Estado porfiriano con su enseñanza por todo el país. En el fondo, se trataba de igualar un discurso nacional que justificara al Estado liberal.

Sin embargo, conseguir la unidad nacional propuesta por el Estado tenía algunas limitaciones como el nivel educativo desigual10 en los estados, los ingresos destinados para financiar la educación, además de la diversidad de clases que habitaban a lo largo de la República, siendo mayoritaria la clase indígena, considerada a menudo como un obstáculo para el progreso, calificada como la raza que tenía atrofiadas en partes sus facultades intelectuales, á causa de haber sufrido varios siglos de ignorancia y de abyeccion, lo cual limitaba un posible desarrollo.

Pese a estas barreras, la enseñanza fue utilizada como el elemento principal para que el Estado respaldara su postura liberal y consiguiera la formación de un nuevo ciudadano bajo un solo esquema nacionalista, todo a partir de dar mayor solidez al sistema educativo nacional con la reunión del Congreso Nacional de Instrucción Pública.