IN LOVING MEMORY OF DIAN FOSSEY
Si las comunidades, la de Odzala y todas las demás que comparten espacios con los gorilas, y con otras especies amenazadas con la extinción, se unen, planifican y adoptan estrategias comunes para preservar esas especies, los resultados se verán a corto plazo.
Pero salvar a los gorilas no es tarea sólo de los países donde estos habitan. Los gorilas, nuestros hermanos ancestrales, son patrimonio de todos. Y todos debemos arrimar el hombro para salvarlos.
Conocemos los principales factores que amenazan la vida de los gorilas. Los conflictos bélicos, la caza furtiva, las enfermedades y la deforestación pueden evitarse. Y, al evitarlos, indudablemente mejorará la calidad de vida de las especies amenazadas y de los hombres y mujeres que cohabitan con ellos.
¿Cómo no entender que nuestra vida será mejor si no tenemos guerras, si la naturaleza se mantiene íntegra y sana, si nosotros mismos nos mantenemos sanos?
Ya hay esfuerzos interestatales, como el caso de Ruanda, Uganda y la República Democrática del Congo.
Las Naciones Unidas también reclaman esfuerzos comunes para salvar a las especies en peligro; el 2009, declarado el Año Internacional del Gorila, demuestra que la humanidad toda debe aportar, de una u otra manera, para que las especies, en particular esta, no sigan desapareciendo.
A cuenta final, el planeta Tierra es de todos. Salvarlo también.
Que los gorilas no están solos, lo e-jemplifica la sacrificada vida y doloro-sa muerte de Dian Fossey, una terapis-ta ocupacional y doctora en Zoología, nacida en 1932, en Estados Unidos, y fallecida en 1985, en Ruanda.
Desde 1966, hasta su muerte, con el apoyo de la National Geographic So-ciety y otras organizaciones, trabajó, primero en el antiguo Zaire (Congo Democrático), y luego en Ruanda, en la investigación de la vida, las caracte-rísticas, el comportamiento de los go-rilas.
Sobre todo, llevó una tenaz lucha con-tra los cazadores furtivos, de quienes se sospecha, en primer lugar, como los autores de su asesinato, ocurrido el 26 de diciembre de 1985, en el país que ella había escogido para desa-rrollar su trabajo científico.
"Cuando te das cuenta del valor de toda la vida, te fijas menos en el pa-sado y te concentras más en la pre-servación del futuro." (Dian Fossey)