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Además mucho más fácil de amasar y trabajar. Y se conserva mejor.
No atrae tanto a los insectos porque no tiene casi vitaminas, grasas vegetales y otros nutrientes.
Mientras tanto ese pan refinado no saciaba tanto el apetito como el pan tradicional, usado durante miles de años.
Así que empezaron a reforzar sus dietas con más derivados animales, en un intento intuitivo de compensar la pérdida de vitalidad y nutrición de su alimento básico.
El pan era la base en Egipto, en Palestina, en Judea, en Grecia, en Turquía, en España, Francia y Gran Bretaña.
El pan de los cristianos, el pan que los judíos llevaron sin levadura cuando siguiendo a Moisés abandonaron Egipto para ir a la tierra prometida.
No era pan blanco. No era pan refinado. ERA VERDADERO PAN. Un alimento completo, íntegro, auténtico. Capaz de sustentar la vida durante meses sin otra cosa más que algunos complementos.
- ¿ Escasea la carne? No importa.- ¿ No hay leche ni queso? No importa. Hay pan.
Con pan auténtico podemos seguir trabajando y viviendo.
Los faraones se aseguraban de que hubiera suficiente pan para los miles de trabajadores que estaban dedicados a la construcción de las pirámides.
A veces había un“ complemento”; cerveza o carne de oveja o pescado, pero no era siempre, lo que siempre había era pan.
Con pan como base se podía continuar independientemente de que hubiera o no platos extra.
“ Ganarás el pan con el sudor de tu frente”. Es una sentencia antigua.
Los antiguos se referían al pan como la comida, como la base, como el sustento. Como la raíz de la vida.