Afortunadamente nunca ha
tenido una situación de riesgo.
Antes de bajarse de la camioneta
primero realiza una observación
general del entorno, estando
atento a cualquier movimiento
sospechoso.
Sin embargo, la actividad no está
exenta de adrenalina, pues
cuando se le indica acudir a una
clave, no se sabe con qué se va a
encontrar. “Hay ocasiones en que
los clientes solicitan que uno haga
inspección del exterior habiendo
moradores en casa pues escuchan
ruidos. En ocasiones sus jardines son
muy grandes y con arbustos. No se
tiene suficiente visibilidad de lejos, y
a veces la linterna no es suficiente. Si
un delincuente sale de repente uno
no sabe qué puede suceder porque
esa persona intentará defenderse.
Eso da algo de temor, porque
nosotros no andamos armados”.
Efectivamente no se anda armado
porque el servicio que provee
SSAT es ser intermediario entre el
cliente que contrata el servicio de
monitoreo de alarmas y reacción
disuasiva; y la autoridad correspondiente que es la encargada de
intervenir. En caso de robo o intento de robo, Carabineros. “Cuando he acudido a un
domicilio y llega posteriormente Carabineros, la interacción con ellos siempre es muy
respetuosa y colaborativa, prestos a intercambiar información”.
Anécdotas realizando este trabajo hay
varias en relación a las reacciones de
algunos clientes. “Los hay muy enojados
y alternados, y en otro extremo, señoras
que a uno lo saludan hasta de abrazo y
beso. En general, me encuentro con
personas muy amables y cariñosas”.
Una de las cosas que le importan a don
Rosamel es la imagen que él mismo
proyecta al exterior. “Uno anda en
terreno en representación de la empresa,
por eso me ocupo de estar presentable,
lo mismo con el vehículo que conduzco;
me encargo de mantenerlo limpio y en
perfectas condiciones”.