Violín, el instrumento perfecto. Violín, el instrumento perfecto | Seite 3

El violín : primer instrumento perfecto
madurar durante cinco o diez años , sin intervenir sobre ella para acelerar el proceso . No es conveniente dejarla más tiempo , pues se considera que la madera debe terminar de madurar una vez construido el instrumento .
Cada pieza de madera posee unas características propias . Incluso las extraídas del mismo tronco no son iguales , porque la forma en que ha crecido no es idéntica . Si le ha dado el sol más o menos , o si su altura dentro del tronco es un poco más alta o más baja , sus cualidades pueden variar sensiblemente . El trabajo del luthier debe adaptarse , por tanto , a las características de cada pieza para sacarle el mayor partido posible , y no hay forma de construir dos violines iguales .
Las máquinas todavía no han superado la capacidad humana para analizar sonidos . La mente humana sigue siendo un mecanismo más complejo que cualquier ordenador ( y se estropea menos ). Así que , independientemente de criterios estéticos , el oído y la mano humana siguen siendo necesarios para crear instrumentos tan precisos como los violines de los antiguos maestros .
Por eso , durante cientos de años se han mantenido los métodos tradicionales de trabajo empleados por los antiguos luthiers . En los talleres de los constructores actuales , provistos con todas las herramientas tradicionales , se revive la atmósfera propia de otras épocas .

àConstruir un instrumento perfecto

Hay varios factores que contribuyen a conseguir el sonido óptimo de un violín . Por supuesto , la perfección de la forma . En segundo lugar , la elección de la madera , que debe reunir unas características determinadas . En tercer lugar , el tratamiento de la misma antes y después de construir el instrumento , desde el barniz que le proporciona su brillo característico , hasta los más complejos tratamientos químicos que se supone utilizaron los grandes constructores como Stradivari . Estos tratamientos tienen como objetivo principal la conservación de la madera en el tiempo , pero también la modificación de sus cualidades sonoras .
Para que un violín alcance el sonido idóneo , las piezas que componen la caja deben tener la forma y el grosor exactos . La superficie sobre la que están el puente y las cuerdas se llama tapa armónica ; la opuesta se llama fondo . Ambas son superficies curvas , con una forma muy definida y un grosor determinado que condicionan su vibración , su tono . Cuando el luthier trabaja una de ellas , sabe si el grosor es el adecuado por el tono que obtiene dándole un pequeño golpe . De esta forma , la mayor garantía de su trabajo es su oído y su experiencia .
Pero durante los últimos doscientos años muchos se han preguntado si lo que es un arte se puede transformar en una ciencia . Para conseguir este objetivo , constructores y físicos han colaborado en el estudio de los instrumentos antiguos , analizando la relación de su sonido con las líneas de su diseño , los materiales empleados y su posible tratamiento químico . El resultado , afirman algunos , les ha permitido diseñar y construir violines que reproducen la sonoridad de los Stradivarius y Guarnerius hasta el punto de hacerlos indistinguibles .
NOTA : El profesor de la Universidad A & M de Texas Joseph Navygary ofrece en una página web la posibilidad de comparar una pieza musical interpretada por un Stradivarius y por un violín de construcción propia .

àEl sonido

El buen sonido de un instrumento es , en primer lugar , una cualidad física . La misma definición de sonido está relacionada al mismo tiempo con un fenómeno físico y una sensación subjetiva : se diferencia del ruido porque su vibración regular proporciona una sensación agradable al oído .
Los filósofos griegos ya entendieron la ciencia de los sonidos como parte del estudio de la naturaleza , estableciendo la primera difinición de armonía en términos numéricos a partir de la experimentación física . Basándose en este concepto elaboraron una teoría general del universo , que definía el mismo en términos matemáticos . La abstracción que esto supone sirvió para que en el Renacimiento la ciencia se emancipara de la teología y formulara sus propias “ leyes ” para explicar los fenómenos físicos . Los ejemplos son bien conocidos : Kepler anduvo varios años tanteando diversas formulaciones de la música de las esferas antes de construir su propio modelo del Sistema Solar . Si comparamos los esquemas planteados en su temprano Mysterium Cosmographicum con las descripciones de la música pitagórica , recogidas por Cornelio Agrippa en De Occulta Philosophia , podemos observar una profunda analogía entre el concepto original de Kepler y la mentalidad de los neoplatónicos renacentistas .
29