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VIDAMÉDICA / FalmedEduca
La acreditación es sólo el primer paso. Debemos
introducir a los prestadores en una cultura de
seguridad, que es lo mejor para nuestros pacientes
Dr. Rodrigo Contreras S.
Especialista en Salud Pública, ex jefe de división de APS del
MINSAL y actual asesor en el Dpto.
de Calidad del Hospital Luis Calvo Mackenna.
EL IMPORTANTE ROL DE LOS PACIENTES
El especialista considera que para otorgar seguridad a los pa-
cientes, los médicos deben incorporar al paciente en el proceso.
En el acto médico, están en juego dos derechos fundamentales
en salud, que son la autonomía del paciente y el derecho a la in-
formación. Hay que explicarle al paciente muy bien cuál es su
estado de salud, cuáles son las mejores alternativas para solucio-
nar su problema y todos los riesgos”, detalla.
El Dr. Rodrigo Contreras agrega que se debe considerar que la
medicina no está exenta de errores. “El riesgo cero no existe.
Cuando uno dice que un establecimiento de salud está acredita-
do, no está diciendo que no va a ocurrir un evento adverso. Lo
que se está afirmando es que en ese recinto se han tomado todas
las medidas para disminuir al mínimo posible los eventos adver-
sos. Y eso hace una diferencia efectiva”, sostiene.
EXPERIENCIA EN CLÍNICA
Para conocer la experiencia desde el sector privado de salud,
tomamos contacto con la Dra. Giovanna Gutiérrez, Magíster
en Gerencia y Políticas Públicas, ex subsecretaria de Redes
Asistenciales y Gerente de Calidad de Clínica BUPA, Chile.
“Nosotros lo que hacemos es desarrollar una política de gobier-
no clínico y dentro de ella uno de los elementos más fundamen-
tales es lo relacionado con la seguridad del paciente”, afirma.
Según la Dra. Gutiérrez, un objetivo es construir a todo
nivel una cultura de seguridad médica y de los pacientes.
“Debemos asumir que existe la posibilidad que nos pode-
mos equivocar. Que en nuestra actividad médica no somos
infalibles y que esos errores debemos ser capaces de identi-
ficarlos, comprenderlos y comunicarlos. Y que una vez que
se comunican, tener la capacidad de investigar y determinar
por qué nos sucedió”.
La mirada de la seguridad del paciente es una
mirada más sistémica. Si uno enfoca toda la
atención en buscar quién fue, el sumario, o a
quién hay que sacar, nunca resolvemos el
problema
Dra. Giovanna Gutiérrez P.
Magíster en Gerencia y Políticas Públicas, ex subsecretaria
de Redes Asistenciales y Gerente de Calidad de Clínica
BUPA, Chile.
En ese sentido, llama a tener en cuenta que los errores asocia-
dos a la atención de salud se producen por una multiplicidad
de factores. “El profesional de salud o médico que comete un
error es uno de los factores involucrados, pero muchas veces
no es el más determinante. Y si uno enfoca toda la atención
en el modelo habitual que tenemos en buscar siempre, nunca
resolvemos el problema. La mirada de la seguridad del pa-
ciente es una mirada más sistémica”. A su juicio, eso signi-
fica “comprender el sistema en su conjunto, mirar todas las
posibles cosas que pudiesen haber fallado, para identificar el
fondo y poder generar acciones de mejora”.
NOTIFICAR LOS INCIDENTES
La ex subsecretaria de Redes Asistenciales considera que
para incentivar las notificaciones, primero es necesario cons-
truir confianzas en los equipos sanitarios. “Lo más importan-
te es ir generando una fuerte confianza en nuestros equipos
de salud. Lograr un aumento de notificaciones no quiere decir
que tengamos más errores, sino que la gente se está atrevien-
do a comunicarlos”, recalca.
Según la especialista, este trabajo ha permitido establecer que
en la clínica –compuesta por más de ocho mil funcionarios- “sí
tiene sentido notificar, tiene suma importancia aprender de los
errores y aprender a estar alertas y cómo nuestras propias accio-
nes pueden ir previniendo el daño a los pacientes”.
La Dra. Gutiérrez recuerda que ya en 1999 la OMS marcó el rum-
bo en esta materia, a través de la publicación “Errar es Humano”.
“Estudios más recientes señalan que los errores en salud
podrían alcanzar la tercera causa en materia de falleci-
mientos. O sea, estamos hablando de un problema epide-
miológico mayor. Por esta razón, desde el 2000 se genera a
nivel mundial por parte de la OMS el impulso de instalar el
El proceso del consentimiento informado debe privilegiar el respeto por la autonomía y autodeterminación del sujeto afectado por la enfermedad.