Vida Médica Volumen 71 N°2 - 2019 | Page 54

54 VIDAMÉDICA / FalmedEduca LIDERAZGO EN EL EQUIPO SANITARIO La labor del líder es esencial en todo tipo de actividades y niveles de responsabilidad, pero sin duda en salud puede ser una cuestión de vida o muerte. Si bien el médico líder del equipo está sometido a exigencias adicionales en función del contexto, complejidades y especificidades de las atenciones sanitarias, variadas publicaciones (HBR, Mckinsey, entre otras) coinciden en que es imprescindible ser confia- ble, conectado, comprometido, flexible para evaluar nuevas ideas y valiente. Estas características se pueden y entendemos se deben aplicar al mundo médico y a la labor que estos desarrollan, íntegramente. MÉDICO CONFIABLE MÉDICO COMPROMETIDO El ejercicio medico requiere hoy, entre tanta tecnología e interacción, necesaria- mente de confianza. Por supuesto que de la confianza de los pacientes, pero tam- bién de la confianza que genere el médi- co dentro del equipo sanitario con el que trabaja y de la de sus pares, pues será su equipo y sus colegas quienes le permiti- rán ejercer la mejor medicina posible. El compromiso esencial es siempre con el paciente, y este deber para con el en- fermo, solo puede ser sustentado en el compromiso con el resto del equipo que lidera. El trabajo del médico en cuanto líder debe estar marcado por un fuerte apego al objeto de la medicina, capaz de “jugársela” por sus pacientes, pero tam- bién por su equipo, especialmente en si- tuaciones complejas. MÉDICO CONECTADO Si el liderazgo médico se expresa a través de la confianza, ya sea en el conocimiento o en la experiencia del profesional, la co- nexión con su equipo de trabajo, con sus pacientes y con el resto de sus colegas resulta vital para ejercer un buen liderazgo que sea capaz de vincularse con su equi- po, ya sea para hacer medicina como para evaluar las acciones realizadas, acoger las mejores propuestas e implementar los cambios que se requieran. En el ámbito médico, estos fac- tores presuponen una creación y esfuerzo constantes en la la- bor asistencial, la que quizás como ninguna otra, se realiza en condiciones de exposición per- manente, por lo que el liderazgo resulta especialmente relevante, pues requiere necesariamente de decisiones rápidas, acerta- das, basadas en el trabajo en equipo y cuya consecuencias son de alto impacto en terceros. Por ello, el buen liderazgo médi- co debe marcar la pauta. MÉDICO VALIENTE El líder lo es en la medida que enfrenta las situaciones, y que estas no lo hacen tambalear, ni alteran su labor. Para ello se requiere fortaleza emocional en donde resguardar, y enfrentar los avatares de la profesión, de por si riesgosa pero a la vez digna y noble. Esta valentía emocional nos permite precisamente aumentar la con- fianza, conectarnos y comprometernos con nuestros equipos. La Declaración de Ginebra dice que el recién egresado promete “compartir mis conocimientos médicos en beneficio del paciente y el avance de la salud”.