Vida Médica Volumen 71 N°2 - 2019 | Page 26

26 } VIDAMÉDICA /VOCACIÓN PÚBLICA que nos alertara de que debíamos preocuparnos de la dona- ción. Si no había sangre, no era el problema del sistema, sino de la familia y de los enfermos. Nadie se hacía cargo de esto en Chile. La comunidad, porque no sabía, y los equipos de salud, por comodidad. Además, había comercio de sangre. Existían muchos donantes pagados, lo que era muy poco ético. Había una coerción gigante, porque había pacientes graves y había que ir a donar porque un familiar se estaba muriendo. Era espantoso y se postergaban las intervenciones, porque no se cumplían requisitos administrativos y poco importaba que esa persona tuviera que esperar 8 ó 9 meses más para operarse una vesícula, por ejemplo. ¿Cuál era el panorama mundial y de Latinoamérica? En Inglaterra ya había cierta organización después de la pri- mera guerra mundial, no era tan buena, pero había un grupo de 800 personas que se llamaban en caso de emergencias. En Europa, en general, se había avanzado antes de la Segunda Guerra. En Latinoamérica era muy semejante a Chile, un atra- so tremendo, con sangre no muy segura, con prevalencia más alta de algunas enfermedades y no había consciencia. Brasil tuvo los primeros avances importantes y Colombia y Uruguay, lo siguieron. Nosotros despertamos recién en 1983-1984 y em- pezamos a avanzar a fines de esa década. CAMBIO RADICAL El Centro de Sangre de Concepción surgió en el año 2000 para separar el banco existente en el Hospital Dr. Guillermo Grantt, pero el trabajo que sentó sus cimientos comenzó casi dos déca- das antes. La doctora Martínez recuerda que uno de sus jefes en esa época le pidió conocer la realidad de este tipo de inicia- tivas a lo largo del país para mejorar lo existente, por lo que se trasladó durante algunos meses a trabajar a la Universidad Católica. “Pensamos la institución como una entidad extra hos- pitalaria que asume las funciones de atender a los donantes, de promover la donación altruista, de generar los componentes sanguíneos de calidad y enviarlos a los recintos hospitalarios. Hicimos un proyecto con el Servicio de Salud, financiado por FONDEF, y eso nos permitió demostrarle al país que se podía generar un tipo de organización distinta y que se hiciera cargo del grave problema de abastecimiento de sangre”, relata. Hoy trabajan 58 funcionarios de diversas áreas en el recinto y du- plica el 37% del promedio nacional de donaciones altruistas. Era un desafío grande partir de cero… Logramos levantar un sistema para 3 servicios de salud, que fuera costo-eficiente, de calidad, con un trabajo formalizado, automatizado y con personal muy bien formado. Creamos esta fábrica y lugar especial para atención a donantes. Cambiamos