BLUE - RAY´S
ENERO
13
atreveríamos a decir que la ejecución de los temas se encuentra mucho más lograda y que el sonido está capturado finalmente en toda su gloria, merced a unos avances tecnológicos que, por fortuna, no hicieron que las interpretaciones adquirieran un estilo moderno ni nada parecido.
Evidentemente, la falta principal es la del desaparecido John Bonham, aunque es probable que el reemplazo no hubiera podido ser mejor, ya que se trata de su hijo Jason, un baterista portentoso que, a lo largo de toda la presentación, prueba a punta de poderío y de dominio percusivo que es lo más cercano que se podrá tener a una reencarnación de “Bonzo”. Su desempeño es tan extraordinario que podría haber opacado a los verdaderos ex integrantes de la banda... si es que estos no hubieran cumplido tan bien lo suyo.
El hecho de que este show se haya hecho hace 5 años y se exhiba recién despierta dudas justificables; ¿se esperó acaso tanto para poder corregir de manera artificial los errores cometidos por los veteranos en la tarima? ¿Es esto un retrato fiel de lo que se vio y escuchó en la capital británica? No sabemos la respuesta, pero lo que sí sabemos es que, si este documento representa realmente la auténtica faena, se trató de un evento absolutamente memorable en el que Plant (voz), Bonham (batería), Jimmy Page (guitarra) y John Paul Jones (bajo) dejaron en claro que se encontraban en un estupendo estado musical.
Como era de esperarse, el concierto se dedica mayormente a los cortes más populares, aunque, como bien lo dice Plant en un momento dado, tener 10 álbumes de dónde escoger no hizo las cosas fáciles. En ese sentido, es de agradecer que la selección no haya sido del todo predecible, ya que si, por ejemplo, se encuentran ahí temas como "Black Dog", "Dazed and Confused", "Kashmir", "Whole Lotta Love" y, por supuesto, "Stairway to Heaven" (aunque algunos reportes indican que inicialmente no querían tocarla), se incluye también a "For Your Life", una pieza que nunca había sido tocada en vivo, y a otra composición no necesariamente indispensable pero completamente bienvenida, "Trumpled Under Foot" (donde Jones se pone al mando de un soberbio teclado).
El filme, que se centra mayormente en los músicos y deja bastante de lado a la audiencia, funciona a su modo como una suerte de cabalgata implacable en la que todos colaboran con esmero, incluyendo a Plant, quien, al menos como se encuentra presentado, aparece en condiciones vocales increíbles, muy superiores a las que habríamos esperado, aunque prescinde de algunos (no todos) los gritos más exigentes de las versiones grabadas.
También está ahí, por supuesto, el incomparable Page, desgranando sus míticos riffs y sus ruidosos solos de profunda raigambre bluesera, o empleando un arco de violín para arrancarle a su Les Paul arranques de lo más psicodélicos, para volver finalmente a desconcertarnos con el triste hecho de que, tras su salida de Zeppelin -y con la excepción del tibio proyecto de The Firm-, no fue capaz de mantener una carrera pública que le permitiera a las nuevas generaciones gozar de su inmenso talento.
psicodélicos, para volver finalmente a desconcertarnos con el triste hecho de que, tras su salida de Zeppelin -y con la excepción del tibio proyecto de The Firm-, no fue capaz de mantener una carrera pública que le permitiera a las nuevas generaciones gozar de su inmenso talento.