veredes, arquitectura y divulgación VADo1 Los Inicios | Page 72

VAD. 01 | Junio 2019 | ISSN 2659-9139 e-ISSN 2659-9198 La entrada. Primer intersticio El nuevo visitante entiende la entrada a Can Lis por la presencia de un sencillo sofito que, junto con un pequeño banco de espera, localiza la puerta de acceso. Este primer paso al interior se realiza por el intersticio entre las dos estan- cias principales de la casa: la estancia pública ligada a un espacio exterior —un basamento— y conectada con la cocina; y la otra techada, privada, y en doble altura con sus características troneras. A su vez, unos escalones entre la entrada y el estar continúan la pendiente natural del terreno, acuerdan la casa con la topografía y contribuyen al carácter de espacio intermedio de este umbral. En este punto observamos también el primer contacto de la casa con el mar, pues nada más atravesar la puerta, un hueco con recorte en forma de media luna (Fig.2) enmarca el horizonte haciendo referencia al agua y a su relación a las mareas. Este incipiente contacto con el mar es leve, pues la mirada tiene que atravesar, por un lado el recorte en el muro y luego seguir la embocadura de veinte grados formada por los pabellones de piedra, encontrando árboles y vegetación para al final de la vista ver la línea del horizonte. Figura 2. Entrada con el recorte en me- dia luna del muro. Fotografía del autor. 72 JOSÉ JARÁIZ PÉREZ. Los orígenes de la arquitectura en Can Lis. El intersticio como mecanismo. pp. 69-77