veredes, arquitectura y divulgación VADo1 Los Inicios | Page 70
VAD. 01 | Junio 2019 | ISSN 2659-9139 e-ISSN 2659-9198
1 Ver: Puente, Moisés (ed.). Jorn Ut-
zon. Conversaciones y otros escritos.
Barcelona: Gustavo Gili, 2010.
Utzon habla sobre la arquitectura
como un catalizador que permiti-
ría provocar nuestras reacciones
inconscientes sobre el mundo que
nos rodea hasta hacerlas conscien-
tes.
2 En El Banquete de Platón podemos
leer:
“- ¿Qué puede ser entonces Eros, un
mortal?
- En absoluto.
- ¿Pues qué entonces?
- Como en los ejemplos anteriores,
algo intermedio entre lo mortal y lo
inmortal.
- ¿Y qué es ello Diotima?
- Un gran daimon, Sócrates. Pues
también todo lo daimónico está
entre la divinidad y lo mortal.
- ¿Y qué poder tiene?
- Interpreta y comunica a los dioses
las cosas de los hombres y a los
hombres las de los dioses, súplicas
y sacrificios de los unos y de los
otros órdenes y recompensas por
los sacrificios. Al estar en medio de
unos y otros llena el espacio entre
ambos”.
3 “Así, los sitios donde domina la
naturaleza están dedicados a las
antiguas divinidades de la tierra,
Deméter y Hera, y aquellos donde
el intelecto y el trabajo humano
modifican y se oponen a tales fuer-
zas se han consagrado a Apolo. (...)
Aún antes de erigirse los templos,
se erigían altares al aire libre, exac-
tamente en el punto desde el cual
podía abarcarse íntegramente el
paisaje sacro. La localización grie-
ga, no era en modo, alguno arbitra-
ria: antes bien, estaba determinada
por la percepción de los significa-
dos el ambiente natural”.
Jorn Utzon, “Plataformas y mese-
tas, Ideas de un arquitecto danés”,
en Jorn Utzon, editado por Fuen-
santa Nieto y Enrique Sobejano
(A Coruña: MOPTMA/Fundación
Pedro Barrié de la Maza, 1995),
9-11. Publicado originalmente en la
revista Zodiac, 10 (1962).
4 “Ahora bien, la primera definición
de lo sagrado es la de que se opone
a lo profano”. En Mircea Eliade,
Lo sagrado y lo profano (Barcelona:
Austral, 2018), 14.
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Introducción
Desde el principio de los tiempos, la arquitectura plantea una relación
del hombre con lo universal. Esta relación busca extraer los principios
inconscientes con los que el ser humano se relaciona con lo que le rodea
de forma inmediata como son la luz, el aire, la temperatura o el color,
y de forma lejana como es el horizonte, el sol o las estrellas, y hacerlos
conscientes. Al ser la arquitectura capaz de evidenciarlos a través de sus
propios mecanismos disciplinares, la forma construida se asoma como
un medio, como unas gafas, con las que el ser humano observa el mundo
que le envuelve. 1
Esta revelación de la naturaleza en la arquitectura intenta profundizar
más allá del concepto de genius loci que fue acuñado por los arquitectos
paisajistas del siglo XIX, y que hacía referencia al lugar como contexto. Por
el contrario, el genius loci romano que hablaba del genius, o de los espíri-
tus protectores del lugar, puede ser una posición más aproximada de lo
que pretende la arquitectura en relación a la naturaleza entendiéndola en
su modo más amplio.
En este sentido, entre las raíces del genius loci romano, encontramos el
daimon griego, en el que, según la definición de Platón 2 , sería un espíritu
intermedio entre los mortales e inmortales que debía transmitir asuntos
humanos a los dioses y asuntos divinos a los hombres. Esta comprensión
del genius loci, o del espíritu del lugar como una situación intermedia en-
tre los humanos y los dioses, podría ser perfectamente una definición de
la arquitectura en su concepción más universal.
Este artículo trata de la arquitectura como espacio de conexión entre el
hombre y la naturaleza en su sentido más amplio, y como ello se consi-
gue a través de los propios espacios intersticiales en Can Lis.
Can Lis y los orígenes de lo sacro
La comprensión de la arquitectura como el lugar donde el hombre es ca-
paz de crear una emoción habitable que le permita sublimar la naturaleza
y entenderse a sí mismo respecto a un cosmos, refiere a una concepción
original o primitiva de los hábitats humanos. Podemos entender en el
análisis de Can Lis, y en la manera que se asienta en la roca frente al mar,
una búsqueda proyectual que remite a las partes más profundas de lo
que el hombre entiende por arquitectura y que entronca con las primeras
nociones de lo sagrado y la construcción templaria.
Es conocido como los viajes de Utzon, por un lado, le ayudaron a entrar
en contacto con esta serie de arquitecturas primitivas, —Isfahan, Mexico,
Marruecos, Grecia, etc.— , y por otro, le sirvieron para entender como la
arquitectura, en su concepción más amplia, delimita un territorio sagrado
situando en el centro un altar que revela el valor existencial del hombre. 3
Si entendemos la definición de lo sagrado como algo distinto de lo pro-
fano 4 ; en Can Lis, mediante los intersticios que explora este artículo, se
produce una delimitación de un lugar que se revela como diferente y que
relaciona al hombre consigo mismo, con el horizonte, y con lo circundan-
te; creando un espacio doméstico sagrado en oposición al espacio fuera
de la casa, que es profano.
JOSÉ JARÁIZ PÉREZ. Los orígenes de la arquitectura en Can Lis. El intersticio como mecanismo. pp. 69-77