veredes, arquitectura y divulgación VADo1 Los Inicios | Page 59
ISSN 2659-9139 e-ISSN 2659-9198 | Junio 2019 | 01.VAD
Este principio en el que se basan las vanguardias constructivas es estruc-
turalista. En este sentido, el estructuralismo es una teoría semiótica que
consiste en suponer que los comportamientos humanos y, específica-
mente, sus lenguajes, tienen —por diferentes que sean las culturas a que
pertenecen y las condiciones en las que se desarrollan— unas bases co-
munes y universales, inmutables en el espacio y en el tiempo.
Es decir: hay una estructura que ordena los fenómenos, y estos, por dife-
rentes que puedan parecer, se apoyan en un armazón común, universal.
Antes de avanzar en esta línea, debemos mencionar algo importante. El
estructuralismo es una forma de entender la realidad en cuanto que len-
guaje, es decir, en cuanto que codificación cultural. Tiene muy definidas
sus formas críticas y constituye un cuerpo específico.
Nosotros transgredimos el ámbito de su aplicación y lo tomamos como
modelo útil para nuestro análisis, pero esto no significa que algún crítico
estructuralista no pueda tachar de apresurada dicha generalización.
Muchos han creído que el estructuralismo era una traducción
metodológico-critica de la actividad operativa de las vanguar-
dias. Con frecuencia se trata solamente de un sofisma ingenuo:
el estructuralismo es una metodología de vanguardia, por lo tan-
to es la metodología de la vanguardia. 9
Hecha esta advertencia, nos proponemos enfocar la tarea que se impone
la vanguardia de construir un universo como un ideal que posee muchas
características estructuralistas. Para ello, debemos reducir primero todo
el fenómeno de las vanguardias a lenguaje e, inmediatamente, estudiarlo
como algo que tiene una estructura común y totalizadora.
9 Eco, La estructura ausente, 360.
Así lo entendieron los representantes más conspicuos de las vanguardias,
quienes, creyendo en una estructura supraestilística, trataron de hacer
converger las diversas corrientes de vanguardia y leerlas con el mismo
código.
Un ejemplo notable es el del siempre activo Theo Van Doesburg, quien,
perteneciendo a una de las dos más claras corrientes constructivas, De
Stijl, no dudó en militar simultáneamente en la más ferozmente destruc-
tiva, el Dadá 10 . Y si utilizamos el método estructuralista, debemos hallar
aspectos comunes entre el Dadá y el constructivismo.
A primera vista, esta evolución de las artes plásticas se efectúa
por caminos aparentemente divergentes cuando no antagonis-
tas, y los protagonistas de cada movimiento manifestaban apa-
ratosas diferencias. Sin embargo, aunque estas diferencias a
veces si afirman de manera harto ostentosa, a principios de los
años veinte se llegó rápidamente a un acuerdo [...]. A principios
de los años veinte, muchos creadores modernos descubren la
similitud de sus aspiraciones. Sacados de su aislamiento, no de-
sean sino la expansión ampliamente social del nuevo arte, cuya
inserción en la vida, y cuya salida del estudio, constituyen a sus
ojos la intimidad de su verdadera realización.
JOSÉ RAMÓN HERNÁNDEZ CORREA. Vanguardia: el comienzo de un universo sin tragedia. pp. 54-67
10 Bajo seudónimos, para que no se
le relacionara. Aunque ya Theo
van Doesburg era el seudónimo de
Christian Emil Marie Küpper.
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