Verdad y Vida OCT-DIC 2016 | Page 18

Karl Barth: La elección más importante por Eric Wilding N o, no estamos hablando sobre las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, en noviembre próximo. Estamos hablando de la elección que afecta a todas las naciones y a todas las personas que hayan vivido, estén viviendo ahora o vayan a vivir: la elección de Jesucristo. Muchos teólogos han tratado de entender el misterio de la elección afirmado en las Escrituras. Uno de los comentaristas más influyentes de la doctrina de la elección ha sido el teólogo suizo Karl Barth. Para Barth, la doctrina de la elección es la suma, o la esencia, del evangelio y la base para entender a Dios. La elección libre de Dios La doctrina cristiana de la elección se refiere a una decisión tomada por Dios. Para Karl Barth, esta doctrina, la decisión de Dios, antes de todos los tiempos, de ser quien él es para toda la humanidad, es la verdad básica sobre la que se construyen todas las otras verdades cristianas. La doctrina de la elección implica dos aspectos: al Dios elector y al hombre elegido. Como el Dios elector, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo juntos, toma una decisión. La decisión que Dios toma es que el Hijo de Dios se 18 Verdad y Vida Octubre – Diciembre 2016 convertiría en el hombre elegido, Jesús de Nazaret. El Dios Unitrino elige eternamente, o decide, en libertad divina, ser el Dios de gracia y amor para la humanidad. Por lo tanto, en Jesucristo, que es totalmente Dios y totalmente hombre, Dios es al mismo tiempo el elector y el elegido. Barth escribió: “En medio del tiempo sucedió que Dios se convirtió en humano para nuestro bien. Mientras destacamos lo único que es este hecho, tenemos que afirmar que no fue un accidente, ni otro suceso histórico entre otros muchos. Sino que es el hecho que Dios 1 decidió desde la eternidad” . El teólogo y erudito de Barth, John Webster, lo describe de esta forma: “Dios elige ser este Dios, Dios en este hombre, Dios conocido en y como Je2 sucristo” . Como el acto de gracia y amor, el Hijo de Dios es elegido para darse a sí mismo, para convertirse en el Hijo del Hombre con el propósito específico de salvar a humanos pecadores. Este es el acto libre de gracia por el que Dios da “amor en la condescendencia más profunda”, esto es, él desciende para llevar a los seres humanos a sí mismo 3. El Hijo de Dios se vacía y humilla a sí mismo para que los seres humanos puedan ser unidos en relación con Dios (ver Filipenses 2:6-8, y www.comuniondelagracia.es