sentiría si le hicieran la endodoncia dental sin aquella. En muchos casos el dolor menor nos puede ahorrar uno mayor. Más aún, el dolor nos recuerda que si comemos algo poco después de haber estado en el dentista para una endodoncia, necesitamos masticar con cuidado, porque con el adormilamiento de la anestesia podríamos mordernos la lengua’.
“ Así es, Esperanza”, continuó Clara.“ Pensar que todo dolor es malo, es ignorar totalmente las diferentes razones del mismo. El dolor llama nuestra atención. Abre nuestros ojos a la realidad que podemos estar ignorando. Puede incitarnos a mirar a nuestra relación con Dios y a preguntarnos si estamos acercándonos o alejándonos de él. El dolor, a menudo, nos ayuda a evitar más dolor. Puede llevarnos a mirar más allá del presente y a ver que tenemos que hacer para impedir que el dolor sea aún peor. Sabiendo que Dios es bueno, se puede afirmar que la definición de la bondad incluye el dolor humano. Reconocer esto puede ayudar a ver que la existencia del dolor en el mundo no es un argumento honesto para negar la existencia o la bondad de Dios”.
‘ Ahora, como creyente, aunque neorando: Nuestro camino no funciona. La vida sin Dios y sin amor no es la respuesta. Él está continuamente guiándonos a centrarnos en la respuesta: Jesús y su camino.
Jesús sufrió y pasó por el dolor, mucho dolor por nosotros, para ayudarnos a mirar el dolor pasado y dirigirnos a él.
Por supuesto, Satanás trata de impedir que las personas respondan al amor de Dios. Una de sus tácticas es llevar a las personas a creer que el dolor en el mundo es causado por el único que puede impedirlo. Cuando, ante el dolor o el sufrimiento, seamos tentados a preguntarnos:“¿ Dónde está Dios?”, haremos bien en recordar que él, siendo omnipresente, está siempre con nosotros. A mí estas palabras del apóstol Pedro en su primera epístola, capítulo 4, versículos 12 al 13, siempre me han dado gran ánimo, especialmente cuando estoy en medio del dolor:‘ Queridos hermanos, no se extrañen del fuego de la prueba que están soportando, como si fuera algo insólito. Al contrario, alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también sea inmensa su alegría cuando se revele la gloria de Cristo’”.
( Continuará en el próximo número)
26 Verdad y Vida Marzo – Abril 2017 www. comuniondelagracia. es