Rincón de esperanza
LLorar también es necesario
por Pedro Rufián Mesa
Clara, mirando el reloj de
sobremesa que tenía fren-
te a ella, en la mesa del
comedor, exclamó: “¡Qué
rápido pasa el tiempo
cuando se está en buena
compañía y hablando de
forma edificante! Además,
estoy maravillada y sor-
prendida de lo bien que
estás Esperanza después
de haberte sometido a la
segunda sesión de quimio-
terapia hace poco más de
dos horas”.
‘A mí también me sor-
prendente que esté aquí contigo tan
tranquila sin apenas efectos secunda-
rios, y le doy muchas gracias a Dios
porque creo que todo sería muy diferen-
te si él no me hubiese guiado a verle, a
aceptar que él es y que, sin duda algu-
na, se preocupa de nosotros’.
Cuando Esperanza terminó de afir-
mar esto los ojos de Clara se empeza-
ron a humedecer pensando en cuán
bendecida por Dios se sentía ella en su
lucha contra el cáncer de mama, que
estaba superando, en estar saliendo
adelante de la trágica pérdida de su ma-
rido en un accidente de tráfico reciente,
y en su responsabilidades de apoyar,
educar, guiar y sostener a sus tres hijos
adolescentes. También sentía un pro-
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fundo agradecimiento a Dios pensando
que estaba llamando a la fe a Esperan-
za y que había propiciado la presencia
de esta en su camino cuando más lo
necesitaban ambas por el apoyo que se
estaban dando la una a la otra.
Invadida por una mezcla de senti-
mientos de agradecimiento, de alegría,
de reconocimiento, de asombro y tam-
bién de tristeza y desconcierto por la
muerte de su marido, siendo tan joven,
Clara se abrazó a Esperanza y empezó
a llorar mientras decía entre sollozos:
“Muchas gracias Esperanza por tu
amistad que me está ayudando mucho
a superar mis desafíos y luchas, con la
ayuda de Dios”.
Clara se sentía avergonzada de llo-
Verdad y Vida Julio - Septiembre 2017
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