ten tanto probablemente tenga que ver con los recuerdos de la niñez.
¿ Has pensado alguna vez en las palomitas? Ninguna otra variedad de maíz es similar. Con un poco de calor y aceite el grano explota como una flor esponjosa, completamente diferente al maíz normal, que se ablanda manteniendo el mismo color y no explota. Cuando pienso en las palomitas y en otras de mis comidas favoritas, me maravillo de la variedad de sabores que podemos gozar.
Si todo en la vida fuese por casualidad y accidental, dudo que tuviésemos palomitas, aguacate, chocolate o té. Y si la vida fuese meramente un asunto de supervivencia, ¿ por qué tendríamos todas las cosas que endulzan y divierten la vida? Todo lo que necesitaríamos sería algo para mantenernos vivos y darnos energía, como las comidas descritas en la película Matrix.
Solo alguien que ame a las personas podría haber hecho todas las comidas que hacen gozosa la vida. Y también los colores, los olores, las puestas y salidas de sol, los arco iris, las flores etc. Ese alguien es Dios, que nos ama tanto que incluso incluyó a las palomitas en su lista de lo que hace la vida más agradable.
Comer ha sido asemejado por algu- comamos o bebamos. Salomón también se refirió a comer:“¡ Anda, come tu pan con alegría! ¡ Bebe tu vino con buen ánimo, que Dios ya se ha agradado de tus obras!”( Eclesiastés 9:7). Parece que Dios quiere que disfrutemos con lo que comemos y bebemos.
La última parte de 1 Timoteo 6:17 dice que“ Dios nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos”. ¿ No es interesante que aunque la vida, a veces, puede ser difícil y llena de problemas, Dios nos da muchas cosas que nos recuerdan a él y su cuidado? Para los que tienen ojos para ver, el arco iris y las nubes plateadas nos recuerdan que él está ahí y podemos tener esperanza. Ser agradecidos por todas las pequeñas bendiciones nos recuerda que Dios nos cuida y ha provisto para nosotros más allá de esta vida también.
Notar y agradecer a Dios por nuestra comida favorita nos lleva a momentos espontáneos de adoración. Podemos alabar a Dios mientras cocinamos, comemos, bebemos, nos ejercitamos, o en cualquier otra actividad humana. En cualquier actividad podemos reconocer y agradecer a Dios porque lo hacemos como la participación en la vida del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ¡ incluso comiendo palomitas de maíz!
22 Verdad y Vida Julio – Septiembre 2017 www. comuniondelagracia. es