da…”. Estas palabras proceden de capítulo treinta del libro de Deuteronomio,
versículo 19. Merece la pena leer todo
el capítulo.
2) Lo siguiente, tenemos que admitir el
hecho real, avalado por la evidencia que
nos rodea, de que nosotros como especie hemos elegido ya nuestra opción, y
que es la incorrecta. Si dejas la gracia
de Dios fuera de la escena, entonces
los pies de la humanidad están ya en el
camino de la destrucción; nuestros dedos están sobre el botón de la autodestrucción.
3) Afortunadamente no tenemos que
dejar la gracia de Dios fuera de la escena. El corazón del evangelio cristiano es
que hay buenas noticias que escuchar,
así como malas. La buena noticia es
que Dios se preocupa verdaderamente
por la suerte humana. Y lo mostró enviando a su Hijo, como un ser humano,
a la historia humana. Ya hemos visto
que cuando Jesús se enfrentó a la pregunta “¿Dios primero” o yo primero?”,
eligió la opción correcta. Hay un sentido
real en que él la eligió por nosotros y por
sí mismo. Porque él vivió, murió y resucitó para rescatarnos de la muerte eterna, para darnos una nueva vida en él y
capacitarnos para poder aceptarlo y recibirlo, y para cambiar el curso de nuestras vidas.
4) Todos somos parte los unos de los
otros. Esto funciona en contra de nosotros cuando pensamos en todas las opciones erradas que el ser humano ha
elegido a lo largo de la historia, pero actúa milagrosamente a nuestro favor
cuando pensamos en Jesús y en la
promesa del evangelio: “Porque tanto
amó Dios al mundo, que dio a su Hijo
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unigénito, para que todo el que cree en
él no se pierda, sino que tenga vida
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eterna” . Hay algo de Jesús en todos
nosotros, algo que podemos abrazar y
hacerlo nuestro. La serpiente no tiene
por qué tener la última palabra. La tiene
el Salvador. Por medio del milagro generoso de Dios del regalo de Jesús, a ti
y a mí se nos ha dado la vida eterna y el
poder de elegir y aceptar a Dios primero
en nuestras vidas.
Así que en este cuarto punto del
plan Dios nos da el privilegio de tener la
opción de elegirle a él, y por medio del
poder salvador de la vida de Jesús
hacer una oración así:
Querido Padre te pido que vengas a
ser el primero en mi vida. Siento
verdaderamente las muchas ocasiones
en las que he tratado de ser el centro de
la vida. Nunca ha tenido sentido ni
puede tenerlo. Gracias por la bendición
de la vida que me has dado por medio
del sacrificio de amor de Jesús.
Ayúdame a aceptarlo y recibirlo cada
día como mi Señor y Salvador. Sé mi
guía, mi guardián y mi único Dios.
Amén
Es muy bueno hacer una oración así
cada día, pidiéndole a Dios que nos dirija paso a paso a la maravilla de todo
aquello para lo que él nos ha creado.
1
Éxodo 20:3
Génesis 28:21
3
Salmos 27:1
4
Génesis 18:27
5
Génesis 3:5
6
1 Pedro 5:6
7
Romanos 6:23
8
Romanos 3:23
9
Juan 3:16
2
(Impreso con el bondadoso permiso de The
Plain Truth UK - www.plain-truth.org.uk).
Verdad y Vida Enero - Febrero 2017
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