venta La enseñanza como posibilidad del pensamiento - Pe | Page 17

Es necesario reconsiderar la enseñanza de tal manera que ella ocupe un lugar diferente al de los procedimientos. Un lugar y una dimensión que bien podrían plantearse como vía del pensamiento, vale decir, la enseñanza en un vínculo más estrecho y definitivo con el pensar como ejercicio artístico. Si hasta ahora hemos pensado la enseñanza en la vía del aprendizaje, y el conocimiento con el resultado de nuestra escuela actual, ¿por qué no intentar otra vía? ¿Por qué no, justo ahora que estamos viendo los productos y limitaciones de la vía del aprendizaje y el conocimiento? Si hasta ahora la enseñanza ha sido tan pobremente conceptualizada desde urgencias pragmáticas, instrumentales, empíricas; si su destino ha sido la eficiencia, el rendimiento, el logro, y su única relación estudiada la que la amarra al aprendizaje como interacción maestro- alumno, es preciso buscar nuevas conceptualizaciones que partan ya no de la transmisión de contenidos, del conocimiento, de la erudición, del saber hacer, sino del pensamiento como acontecimiento complejo. No se trataría de un enseñar a pensar ; algunas perspectivas actuales plantean esta posibilidad en donde el pensar se entiende como ―el buen pensar‖, el ―verdadero pensar‖. Pero aquí, antes que pensamiento, habría más bien domesticación del pensamiento. El pensamiento al que aludimos y al que aludiría la enseñanza, no puede ser aquel que resulta de un conjunto organizado y sistemático de secuencias previamente diseñadas, o a lo menos, previsibles, cuyo camino tendría que seguir un sujeto para llegar así a una meta esperada, deseada y más o menos conocida (por lo menos para quienes guían el proceso); muy por el contrario, el pensamiento al que hacemos alusión lo entendemos como habitando fuera de todo proceso preestablecido y conocido, de todo sistema concebido, de todo sujeto y de toda conciencia; el pensamiento sería entonces un pensamiento del afuera al decir de Foucault, en lugar de un pensamiento del adentro o de lo mismo: lo impensado . La enseñanza como posibilidad, como alusión a ese pensamiento del afuera, no prescribiría pasos, ni siquiera los insinuaría, más bien mostraría para incitar ; la enseñanza como un mostrar , como un diagrama puesto a la vista y sin ninguna finalidad diferente a la incitación . No mostrar caminos ya recorridos, pavimentados que llevan hacia lo esperado; no una enseñanza programática hacia unos fines delimitados sino más bien una enseñanza diagramática como incitación a lo impensado. Repensar la enseñanza en dirección hacia el pensamiento es abrir un espacio para la creatividad, la estética y la ética. Es a partir de la consideración de la enseñanza como posibilitadora del pensar como se redefine su dimensión cultural, lingüística, cognosctiva, artística, y es situando la enseñanza en disposición hacia el pensamiento como maestro-alumno, escuela y saber, que adquirirían sentido y lugar específico. La enseñanza así concebida no es el hecho trivial y registrable, observable y cuantificable, no es el resultado de un programa preestablecido en orden a logros establecidos de antemano, sino una aventura interrogadora sin absolutos 16