venta La enseñanza como posibilidad del pensamiento - Pe | Page 16
de que el énfasis y la marcada preocupación por eso que acontece, ha impedido
mirar la enseñanza desde otras dimensiones: es pues, un desplazamiento de la
mirada de lo que acontece hacia el acontecimiento.
Miremos un poco más detenidamente el problema. Desde el análisis de lo que
acontece podríamos decir que en la enseñanza, o mejor dicho, que en el acto de
enseñar hay varias relaciones intersubjetivas que pueden tener la forma
maestro-alumno; podríamos afirmar además que tal relación es básicamente
una relación comunicativa en sentido amplio; una relación bilateral, lineal, de un
lado hacia otro. Pero fijémonos que por fuera de estas evidencias, el problema
es de dimensiones más complejas. Se diría, por ejemplo, que cuando el sujeto
habla, efectivamente actúa, pero como engranaje de la máquina del lenguaje;
engranaje que es un lugar vacío mientras ningún sujeto entre a tomar posición
en él. Los sujetos hablan pero lo que dicen no lo dicen desde cualquier lugar o
como simple resultado de su originalidad, sino que su habla es el resultado de
una posición que se le asigna desde el lenguaje y desde el saber: el sujeto como
una variable, o más bien como un conjunto de variables del enunciado. Diríamos
con G. Deleuze que ―lo primero es un se habla , murmullo anónimo en que se
disponen emplazamientos para posibles sujetos‖ (Deleuze, 1987).
Es esto lo que precisamente no es visible desde lo que acontece. De hecho la
enseñanza pasa por el lenguaje, pasa por unos sujetos, pero no es simplemente
un acto comunicativo, ni una práctica intersubjetiva. Antes que una expresión
que designaría tales actos y tales prácticas, la enseñanza sería una categoría que
permitiría caracterizar conocimientos, sujetos y prácticas.
Ahora bien, si la enseñanza pasa por los sujetos, por el lenguaje, por la clase, es
porque tiene su propia historicidad. En algunos momentos ha pasado bajo la
forma de transmisión por la clase, el programa y el examen, y sin embargo no
se ha agotado allí. La enseñanza, en tanto acontecimiento dotado de historicidad
puede transformarse e ir más allá de los lugares por donde pasó y por donde
pasa, y de las instituciones donde se alojó, de tal forma que si por ejemplo
desapareciera la escuela como institución del Estado, o los espacios obvios
donde se ejerce, ello no implicaría la desaparición de la enseñanza.
La enseñanza entonces no es tan evidentemente definible. Preguntémonos más
bien qué no es y en esa perspectiva diremos que: no es sólo la relación de
sujetos (maestro-alumno); no es sólo una reproducción o la repetición de una
lógica estatuida y dada por válida, de una racionalización clausurada
dogmáticamente. No sólo apunta al conocimiento como su único destino en
cuanto su intención es hallarse, situarse, tomar posición dentro del pensar,
recrearlo, hacerle variaciones a voluntad y por ello no se inscribiría en una
relación de un sujeto que da algo a otro o que guía a otro hacia un fin
determinado, con lo cual constituiría un sujeto auto consciente.
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