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Los partidarios del gobierno de Chávez han sostenido que la lista de la OFAC se basa en
evidencia débil de los portátiles de las FARC, y que no existe ninguna prueba concreta de que
este Cartel de los Soles en realidad esté llevando a cabo operaciones criminales. Otros han
criticado a la lista de la OFAC como una herramienta política utilizada para calumniar al
régimen de Chávez.
No obstante, cabe destacar que las fuerzas de seguridad no llevaron a cabo investigaciones
totalmente transparentes sobre la presunta mala conducta de Maneiro, Alcalá y otros cuando
tuvieron la oportunidad. Otros incidentes -como el caso de la “narcoavioneta” en 2011-
alimentaron la creencia de que existía una complicidad con el crimen organizado en los más
altos niveles militares y gubernamentales. Un pequeño avión capturado en el Estado norteño de
Falcón, con unos 1.400 kilos de cocaína, fue descubierto despegando de la base militar La
Carlota en Caracas en agosto de 2011. Los portavoces militares de la Fuerza aérea y el gobierno
emitieron comunicados dando explicaciones disímiles frente a lo ocurrido.
Otro caso que se dio en septiembre de 2013, esta vez involucrando a un avión de pasajeros,
condujo a la detención de 28 personas, entre ellos un teniente coronel, y otros miembros de la
Guardia Nacional. El 10 de septiembre, un avión de Air France aterrizó en París con 1,3
toneladas de cocaína a bordo, empacadas en 31 maletas. El avión había despegado del
aeropuerto de Maiquetía en Caracas, el cual está controlado por la Guardia Nacional. De
inmediato quedó claro que había una amplia colaboración de los miembros de las fuerzas
armadas.
Pese a que se dieron una serie de arrestos de miembros de la Guardia Nacional involucrados en
el caso, todos eran oficiales de bajo rango. A pesar del hecho, no se hizo responsable a ningún
alto funcionario; según las declaraciones de un periodista investigativo venezolano, era
“absolutamente impensable, imposible, que se llevara a cabo sin la cooperación de los altos
mandos”. Una comisión parlamentaria fue creada para investigar el caso, pero los miembros
carecían de independencia del Poder Ejecutivo, aumentando la probabilidad de culpar a alguien
más, por fuera de la Guardia Nacional.
A lo largo de la historia del Cartel de los Soles ha habido muy poca investigación sobre la mala
conducta profesional, y hay muchas pruebas que sugieren que la integridad de las fuerzas
armadas se ha visto gravemente comprometida por el crimen organizado.
Modus operandi
A mediados de la primera década del siglo XXI, efectivos de la Guardia Nacional y otras ramas
de las fuerzas armadas comenzaron a participar más activamente en el narcotráfico. Células de
las fuerzas de seguridad comenzaron a comprar, almacenar, mover y vender cocaína ellos
mismos; antes su función principal era extorsionar a narcotraficantes que movían cargamentos
de cocaína. Una teoría de por qué esta evolución se produjo es que los narcotraficantes
colombianos comenzaron a pagar a los militares con drogas en lugar de dinero en efectivo, lo
que obligó a los venezolanos a encontrar sus propios mercados para los narcóticos.
No hay un árbol genealógico para una estructura tan efímera como el Cartel de los Soles, sólo
una lista de los nombres publicados por la OFAC, y mucha especulación. Parece evidente que
las ramas principales de las fuerzas armadas -la Guardia Nacional, el Ejército, la Armada y la
Fuerza aérea- tienen facciones que trafican con drogas. Aunque a veces parece que trabajan
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