Estaba decidida y de inmediato me dirigí a la oficina del ejército para enlistarme como personal médico alistarme para la guerra. Estaba muy nerviosa y confundida por mi decisión. Dejaría todo atrás, solamente para ir en búsqueda de mi amor Thomas.
Lo único malo es que no había ninguna sucursal por donde vivía, tenía que viajar más de 200 km para llegar a mi destino más cercano. Terminé de hacer mis maletas, al bajar mis padres me cuestionaron el porqué de mi equipaje. Tuve que mentir porque sabía que iban a pensar que era una locura. Sin más, salí de mi casa.
Fue muy duro mentirle a mis padres porque no sabía en cuánto tiempo volvería a verlos o incluso peor, nunca más los volvería a ver. Partí a la estación de trenes de mi pueblo, indecisa de lo que estaba a punto de hacer. El tren salía inmediatamente y sin pensarlo me subí a lo que podría ser la a aventura de mi vida. Al subirme al vagón comencé a buscar mi asiento, me encontraba rodeada de hombres armados. Me senté en un pequeño asiento en la parte trasera de un vagón.