Llegó el día. Estaba lista para mandar una carta anunciando mi amor a Thomas y preguntarle sobre mi hermano. Iba en camino a la oficina de correos, estaba nerviosa de lo que probablemente fuera ser el peor error de mi vida. Al llegar a la oficina el señor Smith, dueño de la oficina de correos, alzó la voz tras enterarse de mi llegada tardía al trabajo. Me llamo muy molesto hacia su oficina. Al entrar, me pidió que me llevara todas mis cosas y que no regresara jamás. Me preocupe sobre la forma en que lograría mandar mi carta y declararle mi amor a Thomas.
Me fui muy triste hacia mi casa, sabiendo que esa carta nunca iba a llegar a las manos de Thomas. Empecé a preguntarme qué idiotez podría hacer para llegar a los brazos de Thomas; pronto, me quedé dormida en mis pensamientos… Al despertar mi mente estaba despejada y surgió la idea de ser la enfermera en la guerra y así ver a Thomas. Debo decirle todo lo que he sentido, durante todo este tiempo.