24 diciembre, 1962
No imaginas cuánto te extraño, no creo poder soportar esta Navidad sin ti, sin tu manera de convertir algo simple a algo extraordinario. Me retabas constantemente, sacaste lo mejor y peor de mí.
Este año la pasaremos con unos amigos de mis padres. Mi madre como siempre eligió a la familia con un hijo de nuestra edad y estoy segura que intentará presentarme a alguien “perfecto” para mí. No la soporto, no entiende que no necesito a alguien más, que no necesito cambiar mi forma de ser, que no estoy rota. Y todo estaría bien si sólo fuera ella, pero mi padre es igual o peor que ella. Sigue insistiendo en que no debo de estudiar, basta con casarme y ser un ama de casa. Ojalá recapaciten. Sé que por ahora no me lo han prohibido, pero su carencia de interés me duele, me gustaría que estuvieran orgullosos de mí.
Mi hermano es el que me sigue apoyando completamente, de hecho me acaba de regalar una novela, Bajo Las Ruedas. Trata sobre un niño prodigio que critica al sistema educativo, algo así. Dice que me va a encantar. Te mantendré al tanto.
Isabella y John te mandan saludos, dicen que te siguen considerando parte de la familia.
Te extraño siempre, Matilda.
28 Enero 1963
Hoy regresé a la universidad, no me sentía muy seguro, un poco nervioso, fue un buen primer día. Hay muchas personas nuevas, maestros y hasta estudiantes extranjeros. La mayoría parece ser amigable, excepto por la maestra de literatura. El segundo en el que entre a su clase, se creó una tensión muy incómoda, parecería “Odio a Primera vista”. Tengo la sospecha de que es amiga de tu Madre, espero el día en el que termine de estudiar y salir de casa para poder volver a verte, no sé cuándo nos podremos encontrar de nuevo pero estare esperando el dia. Tampoco he tenido noticias de Eldwin. Escuché que las cosas alrededor del muro están empeorando, hay que tener cuidado por esa zona. Sé que algún día cruzaré el muro.
Te extraño siempre, Luca.