4 Marzo, 1963
Matilda, no puedo esperar más. Cada día pasa y continuo extrañándote. Nada es igual sin ti. Nada me motiva, nada me llena de ilusión. Sé que estando juntos todo será mejor. Un muro no puede ser obstáculo suficiente para mantenernos alejados, por lo que he decidido que voy a cruzarlo. Mi familia está más estable, mi hermano lleva meses con trabajo y mi padre por fin está volviendo a emprender en su negocio. Te has convertido en mi pilar, mi apoyo, mi fuerza. Extraño tu todo, tu voz, tu sonrisa, tu cuerpo, tu manera de moverte y la facilidad con la que me vuelves loco.
Espero verte pronto.
Te amo y te extraño siempre, Luca
6 Marzo, 1963
Espero todavía puedas leer esta carta antes de intentar la atrocidad que se te ha ocurrido. Comprendo a la perfección tus sentimientos, la vida separados es un reto, un castigo. Sin embargo, no puedes intentar cruzar. El riesgo es inminente, los guardias no han hecho amenazas en vano y tan solo el pensamiento de perderte me rompe el alma. Algún día nos volveremos a ver y será una sensación insólita, incomparable.
Por ahora las cartas tendrán que bastar.
Te amo y te extraño siempre, Matilda
20 Marzo, 1963
Fallé. Estuve tan cerca de lograrlo. Estaba casi amaneciendo, los guardias a punto de relevar sus puestos. Justo cuando bajaron del muro para intercambiar lugares, corrimos. Max y yo. ¿Lo recuerdas no?
Casi del otro lado, un guardia nos descubrió y alertó a algunos de sus compañeros. Me dispararon en el brazo y las costillas, pero logré regresar y corrí como nunca había corrido. Max no tuvo tanta suerte. Un único disparo atravesó su cráneo en lo que pareció medio segundo y cayó de inmediato. Sólo recuerdo todo volviéndose borroso y después de eso, solo recuerdo despertar en el hospital. Me mantuvieron tomando analgésicos y nada parecía real. Siento muchísimo no haberte escrito, verdaderamente no tuve oportunidad. Me di cuenta que no respondiste mi última carta, ¿todo se encuentra bien? Me haces falta, ahora más que nunca.
Te amo y te extraño siempre, Luca