Puse resistencia y no volteé en ningún momento. Sentí un leve toque en mi hombro, sin más remedio gire la cabeza... “ Hola “ me dijo. Estaba en shock, era el hombre más guapo del mundo, pero al igual que todos, tenía un defecto. Era un militar, al igual que mi supuesto amor de mi vida, Thomas.
Olvidé por completo llenar mi papeleo y platique con él en una pequeña sala en la parte de atrás de la oficina. Pasaron unas cuantas horas, tal vez cuatro o cinco. Estaba anocheciendo y no podía regresar a mi pueblo en la noche; mi padre me lo advirtió. Tenía unos cuantos dólares en mi bolsa, sólo me alcanzaría para una noche en un pequeño hostal y tal vez un bocadillo en una tienda de autoservicio.
Daniel me mencionó de un hostal a unas cuantas calles del lugar, Estaba a punto de despedirme, sin embargo, él tomó la palabra primero, Me dijo que bajo ninguna circunstancia me iba a dejar irme sola al hostal, pues era peligroso estar afuera a esas horas de la noche.