Vecindad # 6 | Page 3

Angelica Vanessa vecindad La mujer después del temblor Cada temblor nos reuníamos alrededor de la pileta bajo el crujir viejo y borracho del bambú. Comíamos jocotes con sal y tirábamos las semillas hacia el ojo fiero del aire. Entonces venían las historias de miedo. La de la mujer vecina cuya piel nunca envejecía a base de candela de cebo y baños de leche de cabra. Su belleza asustaba. Los gusanos ciegos y blancos hacían una fiesta alrededor de su casa vieja y raída. Por la noche, ella salía a alimentarlos con agua dulce. Ellos se regocijaban, brillaban sobre la tierra c