Mil millones y cien mil vueltas
Y para cuando se fue a acostar, el mundo ya había dado mil
millones cien mil vueltas. No tenía tiempo para pararse a pensar. El
trabajo, los amigos, el coche, la moto, los niños, Andrea, los niños, el
trabajo, los amigos, el coche y el trabajo. Mil millones y cien mil vueltas
había dado el mundo para cuando se fue a acostar sobre una cama que
olía bien, demasiado bien y él olía mal, demasiado mal. Olía a trabajo, a
los amigos, a cerveza y a sudor y a cansancio, a trabajo del duro y a
olvido.
Velvet – Quop http://500px.com/quop
Olvidó lo bien que olían las sábanas y pensó en el tiempo que hacía
que se no ponía a pensar en las malditas sábanas que olían tan bien y
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