La atalaya
Au revoir – Franck Barlet http://500px.com/FranckBarlet
Hasta allí te encaramabas para descubrir toda la vida que pasaba a
tu alrededor. La barra era un otero elevado, de mármol frío y habías de
escalar el taburete para llegar hasta ella. En la altura aprendías más que
en la escuela. Una pareja discutía por nimiedades domésticas mientras
tomaba café. Más allá un poeta maldito -o eso imaginabas por su
aspecto- escribía en una hoja sus últimos versos mientras apuraba una
copita de aguardiente. Los integrantes de un grupo de compañeros
comentaban las anécdotas del trabajo haciendo chistes, a la vez que
tomaban unas cervezas acompañadas de las tapas que les iba sirviendo
Mariano. Él era indiscutiblemente el alma del local, ya que con su
poderosa voz y sus ademanes imponía orden en un lugar donde las
conversaciones de los clientes y la música de la máquina de discos se
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