Vaccea Anuario 2012 Sep. 2013 | Page 20

Vista de los emplazamiento del oppidum de Monte Bernorio y del campamento romano (castrum aestivum) de Castillejo, con la propuesta de la zona probable de batalla campal y del ataque al oppidum (imagen de Google Earth modificada por A. Martínez y J.F. Torres-Martínez. IMBEAC, en Torres-Martínez, Serna Gancedo y Domínguez-Solera, 2011). En todos los yacimientos cántabros asediados se construyó luego un barracón o un castillete donde se instalaría una guarnición romana y se hallan abundantes restos militares romanos y en alguno como Monte Bernorio, se documenta lo que piensan sus excavadores eran los barracones donde se alojaban las mujeres que seguían a los legionarios. La mayoría de los campamentos de este momento eran castra aestiva, es decir campamentos temporales consistentes en una muralla defensiva con foso y en su interior tiendas de cuero sujetas con clavijas. En estas líneas nos limitaremos a citar únicamente unos ejemplos del fenómeno. El primer conjunto es el que comprende La Espina del Gallego, que fue asediado desde varios campamentos, el castra maiora de Cildá (municipios de Corvera y Arena, donde estaba el puesto de mando y se dirigió el asedio, el castra minora de El Cantón (Arenas de Iguña y Molledo) y el campamento de Las Cercas, en la divisoria entre las As (bronce) de Augusto para las Guerras Cántabras, de ceca indeterminada en el Noroeste. Hacia 27-23 a.C. 20 6 cuencas del Pas y el Besaya (municipios de San Felices de Buelna y Puente Viesgo). Luego en el castro se levantó un barracón romano de 100 metros de longitud por cinco de anchura. El ataque al enclave habría partido desde Segisamo (Sasamón, Burgos), en un principio dirigido por el propio Octavio Augusto que enfermó y tuvo que retirarse. El objetivo era llegar desde el Ebro a la costa norte y facilitar la comunicación por mar. De hecho a la conquista contribuiría el que la flota venida desde Aquitania atracase en Portus Victoriae (Santander). Otro caso documentado es el de Monte Bernorio. Los romanos levantaron el castra maiore en El Castillejo (Pomar de Valdivia) hacia el sureste del oppidum, que muestra sus estructuras defensivas destruidas en la zona sur y, por los restos de hachas, lanzas y otros materiales hallados en el valle entre ambas elevaciones, se libró una batalla en campo abierto. Una vez tomado Monte Bernorio, sobre las ruinas prerromanas los romanos levantaron un castillete que hasta su reciente excavación se pensaba indígena, permaneciendo en el lugar varias décadas. El castro de la Loma en Santibáñez de la Peña, fue arrasado e incendiado, atacado desde el norte, por las puntas de flecha y los pila catapultaria halladas en ese sector y el elevado número de tachuelas de sandalias romanas recuperadas. Quedó allí una guarnición romana que procedería del campamento ubicado en una loma doscientos metros hacia el NE, donde se levantaron dos castilletes, y donde además de infantería hubo alguna unidad de caballería. Por su parte La Ulaña parece que fue abandonado, y quizás se situó una guarnición romana en su extremo occidental. Los romanos sí estuvieron ocupando Peña Amaya militarmente durante las guerras cántabras y levantaron luego un asentamiento urbano estable. Denario (plata) de Publio Carisio conmemorando las Guerras Cántabras de Augusta Emerita (Mérida, Badajoz). Hacia 25-23 a.C. Fotos Museo Arqueológico Nacional, M. Á. Camón 1993_67_12170-ID003 y 1993_67_13193-ID003