UTCJ THEOREMA Revista científica Theorema 6ta edición especial | Page 184

El trabajo diario en el salón de clases ha mostrado la necesidad palpa- ble de crear una ecología propia de la enseñanza la cual -a la fecha- no ha cambiado en gran medida a lo largo del tiempo, sigue siendo un parale- lepípedo con pupitres y un pizarrón; pero en honor a la verdad, es propio para el aprendizaje de las matemáticas, las cuales no requieren de una gran infraestructura física, pero sí de una gran variedad de aplicaciones y demostraciones además del acceso inmediato a la información biblio- gráfica y de referencia a los conceptos a estudiar. La institucionalidad del programa dicta los temas a desarrollar y el maestro, mediante su experien- cia y su profesionalismo, prepara las situaciones que le permitirán a los alumnos construir los saberes matemáticos. Esta ha sido la labor docente a lo largo de la historia de la educación y en cada época se requiere adaptar los avances y al contexto histórico, económico y social de los estudiantes, lo que para Savater es: También en otro sentido la educación responde an- tes a los intereses de los educadores que a la de los educandos. Para que la sociedad continúe funcionando -y este es, en cualquier grupo humano, el interés primordial- es preciso que se asegure el reemplazo en todas aque- llas tareas sin las cuales no se podría subsistir (Savater, 1997); de igual manera en el Espacio Europeo de Educación Superior, se hace hincapié de que a los alumnos les interesa más clases dinámicas e innovadoras que las cátedras magistrales. Ahora bien, el trabajo docente no se limita solo a la búsqueda perene de aplicaciones, debe considerar con la misma importancia su momento histórico y la responsabilidad que conlleva su rol en la transformación social. El papel del maestro y las dimensiones que se deben considerar para ejercer la docencia requieren nuevas características para comprenderla. La docencia en los albores del siglo XXI necesita un replanteamiento que permita garantizar los parámetros formativos de los estudiantes, porque hoy más que nunca el docente requiere de un mayor fundamento para participar en los procesos educativos (Gómez Bonilla, 2009). Ya desde ahora se puede presentir que nuestra forma de enseñan- za y sus mismos contenidos tienen que experimentar drásticas reformas (Guzmán, 1999). Bajo esta misma perspectiva el trabajo de investigación fue: primero, buscar la innovación en el proceso educativo en el aula aprovechando un recurso por demás socorrido como es la tecnología versátil, y segundo, aceptar que aunque el cuaderno de cuadrícula fue y es uno de los artículos escolares más valiosos para el proceso enseñanza-aprendizaje de las ma- temáticas, se encuentra en proceso de extinción; aunque difícil de aceptar, debemos entender que es un declive natural y necesario que dará paso a las nueva generación de tecnología educativa, de la misma forma en la que en la década de los veintes, la idea de hacer más fácil y práctico el manejo del material escolar, coincidente con la creciente necesidad de la instrucción pública a la niñez de todo el orbe y los avances tecnológicos permitieron abaratar los costos de la producción del papel, desplazaron consecuentemente a la pizarra y la tiza del salón de clases. Hoy a casi 100 años de esa revolución tecnológica en el aula, en la UTCJ se participa en utilizar el nuevo enfoque tendiente al uso y aprovechamiento de la tec- nología electrónica interactiva, como una visión de los nuevos recursos didácticos a utilizar en el salón de clases. Las computadoras y calcula- doras son herramientas esenciales para la enseñanza, el aprendizaje y el desarrollo de las matemáticas, estas generan imágenes visuales de ideas matemáticas, facilitan la organización y el análisis de datos, además de realizar cálculos de manera eficiente y precisa. Cuando las herramientas computacionales están disponibles, los estudiantes razonan, enfocan su 184 Revista Científica atención en los procesos, en la toma de decisiones, son reflexivos y re- suelven problemas. El cuaderno de cuadrícula pasará en breve a ocupar una posición es- peculativa en torno a su permanencia en educación, de la misma forma en que lo hicieron los calculistas y los algoritmistas a finales del siglo XV y la pizarra y el cuaderno en los años veintes como parte de la evo- lución en los procesos educativos y en la tecnología necesaria para estos procesos. El siglo XX permitió concebir la estructura atómica de manera tan dispar que pareció aberrante y fuera de toda lógica aceptable para el sentido común, por lo que gran parte de los avances científicos y tecno- lógicos se contrapuntearon con aquello que les dio origen; es verdad que de momento las condiciones no son del todo favorables para que los jó- venes impongan sus preferencias, principalmente su situación económica, mientras que las instituciones son muy cautas para correr los riesgos de la innovación y para los docentes la certeza de su propia educación. Todo cambio genera este tipo de circunstancias, pero sin lugar a dudas, todo cambio se realiza sin las condiciones idóneas; para nuestra investigación, estas adversidades fueron allanadas dando a todos los alumnos del grupo la oportunidad de tener un mismo equipo que puedan utilizar como su propio cuaderno de trabajo, para la institución y para los maestros surge la certidumbre de los resultados a obtener controlando las variables de la desigualdad, para lograr lo posible, hay que intentar lo imposible Herman Hesse (1877-1962). M