uno EDITORIAL FORMATIVA / SERIE DIÁLOGOS FORMATIVOS / ICADEPSLP
yo”, les respondió. Consiguieron despegar esa misma noche.
En México fueron recibidos por el presidente Luis Echeverría( 1970- 1976) y su gabinete entero,“ todos vestidos de riguroso luto”, cuenta. Tras dos escalas en Lima, Panamá y muchas horas sin sueño, Martínez Corbalá recuerda que llevaba una barba de días y no tenía ropa con qué cambiarse. El embajador de Guatemala le prestó un traje y el piloto del avión una máquina de afeitar. Se reunió con Echeverría y le indicó que debía volver. Aun había cientos escondidos en las sedes diplomáticas y“ si a un embajador le apuntan con una metralleta, lo que no harán con los demás”, le dijo.
Unas horas después, estaba de nuevo en el aeropuerto. Además de resolver el estatus de los refugiados, Echeverría le había encargado otra misión: convencer a Neruda de que también se refugiara en México.“ Avisé a mi mujer por teléfono y le pedí a mi hijo mayor que me acompañara al aeropuerto. Me despedí, subí al avión y solo ahí recuerdo haber sentido miedo”. ¿ Por qué?“ Se cerraron las puertas y, quizá porque fue el único momento de silencio en mucho tiempo, fui consciente de lo que estaba ocurriendo”.
Llegó a Santiago a las siete de la tarde del 17 de septiembre.“ Justo en el toque de queda. Esa noche dormimos en el avión”, relata. Al día siguiente acudió inmediatamente a la clínica Santa María a buscar a Neruda. El poeta, que sufría cáncer de próstata, estaba ahí ingresado. Le planteó la propuesta del presidente mexicano y el Premio Nobel se resistió a dejar su país.“ Me dijo que quería quedarse, a pelear‘ contra esos desgraciados’”, cuenta. Matilde, la tercera esposa del poeta, estaba en la habitación.“ Yo no podía decirle nada, pero ella sí”. Consiguieron convencerlo y fijaron una fecha: el sábado 22. Martínez Corbalá tramitó los permisos necesarios ante la Junta militar.“ Lo aceptaron sin poner objeciones, le dieron su pasaporte y nosotros el visado. Estábamos preparados”. El sábado llegó por el poeta, pero recuerda que él le señaló que no estaba listo para irse.
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