uno EDITORIAL FORMATIVA / SERIE DIÁLOGOS FORMATIVOS / ICADEPSLP
“ Nos vamos el lunes”, le dijo.
La cita del lunes nunca llegó. Neruda murió al día siguiente.“ Yo lo iba a acompañar al aeropuerto y acabé acompañándolo a su funeral”, relata.
Sobre las afirmaciones de Manuel Araya, chófer del poeta, que asegura que el escritor de Veinte poemas de amor y una canción desesperada fue asesinado, el exembajador mexicano opina que es difícil hacer conjeturas.“ Si lo hubieran querido matar, lo habrían hecho antes”, comenta. Aun así, no descarta la necesidad de una investigación.“ Pasaban tantas cosas, que es difícil saber exactamente qué ocurrió”.
México acogió entre 6.000 y 8.000 ciudadanos chilenos entre 1973 y 1990. Al menos 400 fueron gestionados por Martínez Corbalá. El diplomático resta importancia al papel crucial que jugó en aquellos días. Menciona también al embajador sueco, Ulf Hjetersson, y su homólogo guatemalteco— el que le prestó el traje— como otros muñidores de la huida de cientos de chilenos en aquellos días frenéticos.
Al final de la charla, Martínez Corbalá acerca un par de libros. Uno es su cuaderno de visitas como embajador. Tiene mensajes de Allende, Amalia Solórzano de Cárdenas y el propio Fidel Castro. Y el otro es una primera edición de Canto General, ilustrada por Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. En la primera página, una dedicatoria:“ Para Gonzalo Martínez Corbalá. Con el agradecimiento infinito por su protección cariñosa en los momentos más desamparados de mi vida”. La nota está datada en México, en 1978. La firma es de Matilde Urrutia, viuda de Pablo Neruda.
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