ETAPA N.° 3: Tiempo de reconstruir.
Construir un buen matrimonio siempre es una batalla cuesta arriba, incluso si no ha habido infidelidad. Se necesita trabajo arduo, sacrificio, humildad, confesión, perdón, comprensión y amor. Las parejas que j toman la valiente decisión de reconstruir su relación después de una infidelidad descubren que los asuntos Principales no cambian.
Pero el nivel de intensida., que ha aumentado Por la traición y la desconfianza debe abordarse y superarse. La traición hace añicos la confianza entre un esposo y una esposa. Por tanto, la obra más grande cuando se quiere restaurar un matrimonio que se ha roto es reconstruir la confianza y restaurar la amistad.
Reconstruya la confianza diciendo la verdad. Las infidelidades prosperan en lo secreto.
El engaño es esencial a la duplicidad que hace posible una aventura. El esposo traicionado a quien han alimentado regularmente con una dieta de engaño tiene hambre de la verdad que le pueda decir su esposa. A menudo dice: No me importa lo malo que haya sido, pero dime la verdad. La verdad la puedo soportar, lo que no soporto son más mentiras~~.
Mientras el poder de una infidelidad puede descansar en lo secreto de la misma,.la Debilidad de un matrimonio puede estar en evitar hablar de las cosas? Decir la verdad significa que ninguno de los dos cónyuges va a seguir fingiendo. Aunque la doble vida del cónyuge infiel se ve más fácilmente, ambos tienen corazones engañosos (Jeremías 17:9) que se han ~ involucrado mutuamente en un extraño engaño. Uno mintió; el otro miró para el otro lado. Uno se airó y se indignó; el otro se retiró.
Uno se alejó; el otro no lo buscó. Uno ignoró; el otro evitó. ~~Seguir la verdad en amor~) (Efesios 4:15) significa admitir el engaño y la participación de cada uno en el mismo.
El propósito de decir la verdad es poner las cartas sobre la mesa para poder lidiar con ellas. Significa limpiarse, no sólo denunciarse el uno ~ al otro, sino admitir los propios sentimientos y actitudes del momentoImplica hacer y contestar preguntas honestamente en tres categoñas:
Construir un buen matrimonio siempre es una batalla cuesta arriba, incluso si no ha habido infidelidad.
La infidelidad. ¿Qué sucedió? ¿Con quién? ¿Cuándo comenzó? ¿Cuánto duró? ¿Terminó ya? Esta es una prueba grande para el cónyuge infiel. Él o ella debe ser totalmente honesto y decir al cónyuge herido cualquier cosa que éste quiera saber acerca del alcance y la duración de la infidelidad, pero no todos los sucios detalles. A veces el cónyuge herido cree que si conoce todos los detalles tendrá el control necesario para impedir que vuelva a haber otra infidelidad.
Pero no es así. Conocer los detalles lo único que puede lograr es inflamar la herida y llenar la mente de imágenes que van a hacer que sea más difícil superar lo que sucedió. Es aquí donde un buen consejero puede ayudar a la pareja a ignorar nuevas revelaciones acerca de la infidelidad y a no atascarse en detalles que no sirven para nada.
El daño. El cónyuge herido debe compartir honestamente cuánto dolor ha causado la infidelidad. El cónyuge infiel no debe ser defensivo ni tratar de explicar, sino tratar de escuchar, absorber y comprender el sufrimiento de la otra persona.
La relación. Ambos cónyuges necesitan conversar honestarnente acerca de la manera en que se relacionan el uno con el otro, cuáles son sus luchas personales y la manera como eso ha afectado su relación en todas las áreas. Necesitan la a~da de un consejo sabio para conectar su pasado con las luchas actuales. Esto implica ver que sus luchas singulares reflejan falta de confianza en Dios, lo que debilita su relación, hiere a aquellos que más aman, y los hace vulnerables a un gran número de decisiones autodestructivas, una de las cuales es la infidelidad.
Decir la verdad abre la puerta a una confesi6n que limpia y a una aflicción que sana.
La confesión debe ser mutua . Raras veces hay uno de los cónyuges sin culpa.