UNA HERMENÉUTICA AL PENSAMIENTO DE NIETZSCHE Revista Virtual_C | Page 18
como fenómeno estético aparecen justificados la existencia y el mundo, provocada por la
metafísica del arte (Nietzsche, 2004, pp. 247 - 251). Así las cosas, el ser humano es esa
disonancia necesaria (dialéctica), para poder vivir el placer y el sufrimiento, es decir, es una
ilusión que extiende un velo de belleza sobre su esencia propia y, es en la consciencia del
individuo humano donde sólo le es lícito penetrar a aquella parte del fundamento de toda
existencia (es en el hombre donde se le da sentido a la metafísica), a aquella parte del sustrato
dionisíaco del mundo que puede ser superada de nuevo por la fuerza apolínea transfiguradora,
según la ley de la eterna justicia (la dialéctica), en la cual sin el mito de la tragedia griega no se
logra la belleza, una coexistencia de contrarios (Nietzsche, 2004, pp. 251 - 252).
Por último, para el análisis de la tragedia griega desarrollada por Nietzsche, este
argumenta que Eurípides <> era en cierto sentido, solamente una máscara: la
divinidad que hablaba por su boca no era Dioniso, ni tampoco Apolo, sino un demón que acababa
de nacer llamado Sócrates. Para él esta era la nueva antítesis: lo dionisíaco y lo socrático, y la
obra de arte de la tragedia (Ésquilo <> -
Sofocles <>) pereció por
causa de ella (Nietzsche, 2004, pp. 130 - 131). Argumenta a la vez que la esencia del socratismo
estético se refleja en su ley suprema: <>, acorde al
principio socrático: <>. A partir de este canon, Eurípides examinó
todas las cosas, rectificando: el lenguaje, los caracteres, la estructura dramatúrgica, la música
coral. Es decir, aquí se evidencia una confrontación dialéctica entre la tragedia sofoclea frente a
la tragedia dramática de Eurípides desde la poesía con crítica racionalista (Nietzsche, 2004, pp.
132 - 134).