Un mundo sin prisa Edición No. 4 | Page 15

Imagen de La Virgen Milagrosa en Salto, Uruguay.

La imagen del medallón era la de La Milagrosa y es la que me ha acompañado durante muchos años…

Sostuve ese medallón en la palma de mi mano, mientras mis lágrimas rodaban mis mejillas. Me quedé ahí, con la vista en el horizonte. Sonreí. Gracias, gracias, gracias.

Monté en mi bicicleta de un salto y volé a casa. Tiré la bicicleta en la entrada y corrí hasta el cuarto de mamá. La encontré con los ojos cerrados, pero sentí la urgencia de despertarla. Con los ojos aguados y casi fuera de control, le relaté mi experiencia. En pocas horas, la canción “Razón Para Creer” me salió del alma, nota por nota, palabra por palabra.

Le cambié la cadena y me lo colgué al cuello. Ese medallón me acompañó durante años hasta que encontré una persona que lo necesitaba más que yo. Al poco tiempo de la muerte de mi mamá, conocí una muchacha atrapada en sus propios demonios, que estaba más perdida que nadie que hubiera conocido antes.

Fue un encuentro rápido, producto del azar, pero después de unos minutos de conversación sincera, me quité el medallón del cuello.

Lo sostuve en la palma de mi mano y le agradecí una vez más. Era mucho lo que me había ayudado, pero sabía que debía hacerlo ahora con alguien más. Le conté la historia completa y se lo regalé en solidaridad. Si lograba tanta fe como la que yo le puse, seguro que encontraría algún sosiego en su corazón. De la manera tan impredecible como se me atravesó en la vida. Ahora le llegaba a otra persona”

Soraya Lamilla | “Con Las Cuerdas Rotas” | Grupo Editorial Norma (Pág. 187-189)

Imagen de la Virgen Milagrosa en Salto - Uruguay