Roderick Gordon - Brian Williams
Túneles
—¿Sabes? La tierra que tapa el pasadizo es exactamente la misma que la del túnel
de los Cuarenta Hoyos. No comprendo nada. También hay trozos de caliza. —dijo
aflojándose la corbata del uniforme, sacándosela por la cabeza y tirándola al suelo,
junto a la arrugada chaqueta—. Es demasiada coincidencia. —Se acercó a la boca del
pasadizo y se inclinó para mirar—. ¿Y has visto los puntales? —dijo pasando la mano
por uno que estaba a su alcance—. No fue un accidente. Alguien les ha dado golpes a
diestro y siniestro y luego ha tirado de ellos a propósito.
Chester se aproximó al lugar donde estaba su amigo, en la boca del pasadizo, y
observó los puntales, que tenían unas muescas profundas. Eran cortes casi
completos, como realizados con un hacha.
—Dios mío, tienes razón —dijo.
Will se arremangó.
—Pues empecemos ya. No encontraremos un momento mejor.
Se metió en el pasadizo, arrastrando tras él una espuerta que había encontrado a
su entrada. Chester echó un vistazo a su uniforme del colegio. Abrió la boca para
decir algo, pero lo pensó mejor. Entonces se quitó la chaqueta y la colocó
cuidadosamente en el respaldo de una silla.
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