Tuneles Roderick Gordon 1 Túneles | Page 78

Roderick Gordon - Brian Williams Túneles Abajo, el doctor Burrows había escrito: «¿Por qué no hay rastro hoy día de esos túneles? ¿Para qué los mandó hacer? No he podido encontrar ninguna referencia a ellos en los archivos del Ayuntamiento ni en los del distrito, ni en ningún otro lugar. ¿Por qué, por qué, por qué?» Después, en letras burdas y muy grandes, garabateadas en azul con tal fogosidad que hasta habían rasgado el papel en algún punto, se leía: «¿REALIDAD O FICCIÓN?» Will se volvió a Chester con cara de extrañeza: —Es increíble. ¿Habías oído hablar alguna vez de ese Martineau? —Su amigo negó con la cabeza—. Qué raro —comentó Will releyendo lentamente la fotocopia—. Mi padre nunca me mencionó nada de esto, ni una vez. ¿Por qué tenía que ocultármelo? Se mordió el labio, pasando de la exasperación a una honda preocupación. Después, tan de repente como si alguien le hubiera pegado un puñetazo en las costillas, levantó la cabeza. —¿Qué pasa? —preguntó Chester. —Mi padre se traía entre manos algo que no quería que nadie le quitara. Ya le había pasado una vez. ¡Eso es! —gritó Will, recordando aquella ocasión en que un profesor de la Universidad de Londres había abusado de su autoridad y le había robado a su padre el descubrimiento de la villa romana. Chester iba a preguntarle a Will de qué estaba hablando cuando éste se puso a pasar las páginas del diario hacia delante. —Más cosas sobre esos hombres pálidos —dijo Will, continuando hasta que llegó a una parte del cuaderno donde sólo quedaban trozos de papel de la parte del lomo del diario de las hojas que faltaban. —¡Están arrancadas! Hojeó algunas páginas más hasta la última anotación. Chester lo vio dudar. —Mira la fecha. —¿Dónde? —preguntó Chester acercando la cara. —Es del miércoles pasado... El día que tuvo la discusión con mi madre —dijo Will en voz alta, y luego respiró hondo y leyó en voz alta—: «Esta noche será el gran momento. He encontrado un camino para entrar. Si es lo que pienso que es, mi hipótesis, con todo lo peregrina que pueda parecer, resultará correcta. ¡Tal vez la tenga ante mí! Mi oportunidad, la oportunidad de pasar a la historia. Debo seguir mi instinto. Tengo que bajar. Tengo que llegar». —No comprendo —dijo Chester. 78